Capítulo 28.

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Sarah Parsons P.O.V

Cuando estoy totalmente arreglada me doy cuenta de que ya han pasado cinco minutos desde la hora acordada. Yo suelo ser muy puntual porque la puntualidad dice mucho de una persona.

Decidí alisarme el pelo y dejarlo caer sobre mis hombros, una camisa muy fina de un color muy claro, rosa pastel. Con un pantalón vaquero corto ajustado, junto con unas sandalias blancas las cuáles me regaló mi abuela antes de entrar a la Universidad. De manera que cuándo estoy totalmente lista me dirijo a la entrada.

En el ascensor me encuentro con Mike y éste mismo agacha la cabeza como si estuviese enfadado conmigo.

-Vaya, justo con la persona que menos me apetecía ver. -dice sin tapujos, mi boca se abre y frunzo el ceño.

-¿Qué se supone que he hecho? -pregunto y él se enfada aún más. Es increíble como una planta de ascensor se puede hacer eterna cuando hay tensión.

Para el ascensor y me giro, ahora estamos en frente el uno del otro.

-¿Es por mi y por Niall? Siempre que planeo algo con él te acabas enterando y te enfadas conmigo. -digo totalmente seria-. Estoy cansada de la misma historia de siempre, sabes que me molesta mucho que te enfades sin razón alguna.

Coloca su dedo índice sobre la cormisura de mis labios, frunzo el ceño una vez más y aparto su mano sobre mí. Él me dobla la fuerza, por lo tanto está claro que no voy a salir victoriosa de ésta "pelea". Justo cuando me armo de valor para articular palabra, éste me besa. De una manera apasionada, además coloca sus manos sobre mi pelo, apartándolo de la cara y acto seguido las va bajando con delicadeza, unos segundos después se despega de mi. Mi corazón late a mil por hora y no sé lo que haría si ahora Niall estuviese presente.

Sin que el se dé cuenta le presiono al botón de volver a reactivar el ascensor y afortunadamente acabamos llegando a la primera planta. Por fin.

Giro la cabeza y me encuentro a escasos centímetros con Niall, me pierdo en esa inconfundible mirada azulada, la cual destaca entre toda la multitud aun así lo tenga a metros.

Como Mike sigue sin soltarme y seguimos con la misma posición de hace minutos, mis brazos ya empiezan a flaquear y por la rabia y coraje de que siempre aparezca en el momento mas inesperado hace que la fuerza que ejerce sobre mis muñecas, sea aún más fuerte y acto seguido gimo de dolor.

Ésta situación es insoportable, actuamos como si de niños pequeños se tratase y ya estoy cansada, al límite.

Cuando por suerte consigo soltar una mano de su agarre, Niall me la agarra con fuerza y el otro agarra la mano derecha.

-¡¿Que hacías a centímetros de él?! -eleva la voz a un tono considerable y el miedo en mi interior crece por segundos.

La palabra "miedo" y "yo" nunca han sido pronunciadas en alguna frase mía, porque para nada soy miedica pero, en cambio, Niall si me lo causa, no exactamente miedo de terror, sino de cómo puede causar esa sensación en mí. Que sus ojos de un tono azul cambien de un segundo a otro a negros y que sus pupilas se dilaten, que sus brazos se transformen en puños y que la ira crezca en él.

El contacto de su mano y la mía hacen que mi piel se erice y que mis mejillas sean las afectadas.

-¿Por qué no la dejas en paz? Hacer por un segundo su vida, ¡déjala! -le ordena a Niall el cuál ésta vez pierde el control de la situación, por lo tanto, lo coje de la camiseta y lo eleva hasta arriba, desde arriba, Mike le observa asustado pero no del todo.

-Aléjate de mi chica. -las palabras han sido pronunciadas por Niall, y aún sigo sin creérmelo, cada palabra que forma esa frase se inyectan por cada poro de mi piel, como si de cuchillos se tratasen y mi corazón acelera y de un momento a otro pienso que se va a salir de su hueco.

“Aléjate de mi chica”  podría acostumbrarme a esto, pero dudo que esa frase la mantenga hasta dentro de unos minutos, sé todo lo bipolar que es y no debo de ilusionarme, no ahora.

-¡Suéltale Niall! -le grito a un tono demasiado alto para que pueda percatarse de lo que está haciendo y salga de su particular burbuja.

El ascensor está apunto de cerrarse para llevarlo al lugar en el que se haya reclamado, y vamos los tres juntos, el problema está en que no quiero que nadie nos vea en esta situación asi que opto por volver a parar el ascensor y ésta vez suena un poco raro, las luces que iluminan el ascensor se apagan lo que quiere decir es que oficialmente estamos atrapados o estoy atrapada junto a estos dos.

Al girarme me doy cuenta de que siguen en una pelea de miradas y pequeños puñetazos.

-Niall, ésta es la última oportunidad que te han brindado para seguir en ésta Universidad, te la estás jugando y no quiero, no quiero que te expulsen. -me curro un buen discurso para que recapacite y cuando lo suelto me siento orgullosa de lo dicho.

Alza un poco la mirada hacia arriba pero enseguida vuelve a reanudar la pelea.

-Niall, ¡me importas y no quiero que te pase nada! -suelto de golpe, sin rodeos y deja de pegarle, la cara de Mike cambia a un tono morado considerable y el miedo crece en mí, por lo que le pueda suceder porque apesar de todo le quiero y no quiero que le pase nada malo-. Así que si yo a ti te importo deja de pegarle. -por un momento creo que iba a recapacitar pero no, no sé como pude llegar a pensar que dejaría de pegarle.

De el labio inferior de Niall brota sangre y parece que ahora Mike está empezando a coger ventaja, puesto que el ascensor es espacioso, estoy más preocupada por estos dos que estar atrapada aquí.

-¡BASTA YA! -grito muy fuerte pero resulta en vano.

Niall vuelve a darle la vuelta al asunto y a tomar las riendas, se coloca sobre su estómago y le comienza a dar puñetazos en la cara hasta que la sangre de su nariz sale, de un color rojo muy vivo y a cantidades muy grandes.

-¡Por favor, NIALL! -grito hasta que me quedo sin voz, mis ojos se vuelven llorosos y mis manos se convierten en puños.

Es increíble como una cita que parece que va a ser genial acabe siendo una tragedia como lo está siendo ésta.

Me subo a la espalda de Niall y lo agarro del cuello hasta que lo consigo echar para atrás.

-Tranquilo. -le susuro al oído mientras le acaricio el pelo y él cierra los ojos hasta el punto en el que las lágrimas brotan de sus ojos.

Al cabo de un rato puedo escuchar el bullicio de gente, las luces se vuelven a encender y el ascensor en sí se vuelve a activar, cuando éste se abre, el director observa la escena que se presencia frente a sus ojos.

Noto como el director se acelera y corre para ver como se encuentra Mike, el cual yace tumbado y sin conocimiento en el suelo, con la sangre de la nariz seca y con un gran porrazo en la cabeza.

-¿Quién de vosotros dos ha sido el culpable de esto? -la pregunta no nos pilla por sorpresa y busco una respuesta que parezca convincente-. Espera que lo adivino, Niall Horan. -dice vacilante mientras se acerca a él y mira la sangre que brota de su labio inferior, éste la lame y hace una mueca de horror al segundo.

-No, director. Ha sido culpa mía. -afirmo muy seria incluso llega a ser convincente.

El director frunce el ceño y Niall se gira y me dice en un susurro:

-No, no lo hagas.

-Sin querer me he girado y con el codo le he dado en la cabeza y claro, como síntoma le ha salido sangre de la nariz. -digo retomando la palabra-. Créame director, es la verdad.

Cuando Niall esta apunto de articular palabra yo le doy un pequeño golpecito con mi pie a su zapato.

Me siento estúpida haciendo esto por él, pero no estoy preparada para no verle todos los días, para no cruzarme con su mirada azulada en la cual suelo pensar a cada minuto, no estoy preparada para no volver a verle.

START | Niall Horan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora