Capítulo 9.

400 16 0
                                    

Eran las nueve de la tarde, me encontraba en mi habitación, algo deprimida. Decidí echarme una siesta para despejarme, me acomodé y caí en un sueño profundo. Conllevé toda la noche así, desde que me dormí a tal hora hasta las siete de la mañana que me desvelé. Me arropé y me marché, tampoco asistí al desayuno ya que no gozaba de apetito. Me choqué con Niall cuando me dirigía a clase.

—Ops, lo siento de veras —dije a la vez que le ayudaba a recoger los papeles que tiré, por desgracia, yo.

—Pero mira quién es, Sarah Sarah Sarah. A ver si cuando me veas al menos me saludas.

Se entrecortó la respiración, el corazón se me disparó y se me dilataron las pupilas. Sentía como si sólo existiéramos él y yo en un mundo solitario dónde nadie más habitaba.

—Yo siempre espero que tú me saludes, y, como no es así pues no nos saludamos mutuamente —me estremecí.

—Yo siempre intento decirte algo —comentó con la mirada perdida.

—¿Y por qué no me lo dices? Ni que nadie te estuviera obligando a no hacerlo —y sonreí falsamente—. Me voy, las clases van a comenzar y no quiero llegar tarde.

—Eres una chica estudiosa y aplicada —me dijo con intención de cabrearme.

—Y tú eres idiota —le hice burlas.

Me adentré, de nuevo, a clase. Él maestro se arrimó a nosotros.

—Buenos días chicos. Sarah, ven a mi lado ahora mismo.

—¿Yo? —pregunté alarmada.

—¿Y cuántas más Sarah's hay aquí? —preguntó acomodándose las gafas.

La clase rió. Me elevé y me aproximé al maestro, al lado de él se encontraban Rose y su mejor amiga Kate.

—¿Me deja registrarle? —preguntó.

—¿Cómo dices? Sí, claro.

Él comenzó a rebuscar entre los bolsillos de mi ropa. 

—Oiga, de veras. ¿A qué se debe esto?

El maestro rebuscó entre mi libro de notas musicales y de ahí mágicamente brotó una pulsera de oro, no lograba saber de dónde provenía. 

—Srta. Sarah esta es la pulsera de la Srta. Rose, ¿qué hacía en su libro? —preguntó.

—Yo no tengo nada que ver con esto. No sé de que me habla, no sé cómo llegó a parar ahí esa pulsera.

—No me esperaba esto de ti —dijo Rose poniendo cara de tristeza, falsamente.

"Rose es una hipócrita" pensé.

La clase quedó perpleja, con su mirada podía percibir como me deseaban decirme "robona".

—Rose, ya que tú eres la afectada selecciona el castigo adecuado para ella —dijo el maestro.

—Que se quede sin baile —sonrió de oreja a oreja.

—De veras que lo siento, no fui yo. ¿Qué puedo hacer para no obtener ese castigo?

Miré hacía un lado y observé a Niall que rechazó mi mirada. Yo no hice nada y me gané un castigo, no es justo.

—Ese castigo ya no se puede levantar. Sé lo fuera pensado dos veces antes de hacer lo que hiciste.

—Vale —acepté tristemente.

—Señorita, ahora vaya al Director y le explica todo, detalladamente.

Me dirigía a la sala del Dr. Bradley, yo tenía buena relación con él, solía ser amable con todos los alumnos, al menos conmigo sí.

Toqué a la puerta flojamente y me asomé.

—¿Puedo pasar? —le pregunté con una sonrisa en mi rostro.

—Sarah, que bien tu por aquí. Pasa, adelante. Sonreí creando un vínculo.

—Sucedió una cosa muy embarazosa que ni si quiera tuve nada que ver. Yo llegué a clase cómo otro día más, aprender más cosas, entrenar mi voz.. ya sabes. El maestro encontró en mi libro musical una pulsera de oro que provenía de Rose, Rose Jones. Yo no quería robarla, te lo prometo. Esa chica parece ser que tomó una manía espantosa conmigo y desde entonces me intenta hacer la vida imposible. Brad, yo no fui. ¿A caso no tenéis una cámara que haya grabado todo lo sucedido? —le comenté.

—Mm, Sarah, yo no puedo asegurarme de que fuiste o no fuiste. Se necesitan pruebas. Y sí, hay una cámara. Sígueme —me dijo—. Llama a tu compañera, esa tal Rose.

Hice lo que me mandó. Ya estábamos hay, un poco intrigadas por saber quién fue quién hizo esa cosa tan horrible como es robar. Brad pulsó al botón de la cámara para ver todo lo grabado.

—Rose. ¿Qué haces tú introduciéndome una pulsera? TÚ PULSERA —dije.

—Rose, desde éste mismo momento permaneces expulsada durante una semana.

—¡Pero... ! —exclamó.

—¿Por qué me hiciste eso? Yo no te hice nada, nada —recalqué.

—Gracias Brad, de veras —agradecí.

Ella y yo fuimos hasta la clase dónde allí lo expliquemos todo.

—¿Por qué dijiste que fue Sarah y fuiste tu misma? ¿Querías que se quedara sin baile? Dadnos una explicación —comentó el maestro.

—Mm. Quería que se quedara sin baile.

—Pero ¿por qué? —pregunté.

—No sé, no sé. Lo siento.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

La jornada terminó, las dos horas de estudio y trabajo acabaron. Llegué agotada. Llamé a mi madre y le expliqué todo lo sucedido en los últimos días. Cariño, eso es envidia —me decía— sobre el tema de la pulsera, yo reía.

Tocaron a la puerta, abrí. Era Michael.

—Rose es una hipócrita —dijo.

—Hombre, buenos días. Te dije que no te merecía.

—Cualquiera que te haga o intente hacerte daño no merece mi respeto —me sonrió—. Ahora, ¿con quién voy yo al baile? Porque con ella ni loco. Quizás alguien me lo pida pero lo dudo.

—¿Por qué lo dudas? Eres un gran chico. Yo ya tengo pareja, Niall. Pídele a Amy —reí entre dientes.

—Probablemente tenga pareja seleccionada, a estas alturas encontrar es muy difícil.

Michael se despidió de mí, y yo de él.

START | Niall Horan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora