¡Profe, No Borre El Pizarrón!

9:La Genia De La Química

Tras la amenaza de mis padres -amenaza que por supuesto ya esperaba-, diciéndome que si no aprobaba el examen de química no participaría en el festival, me he encerrado en mi habitación toda la semana a estudiar.

No he parado por nada, ni siquiera cuando venía Wade a ofrecerme un café o ir a ver una película.

No reprobaré ese examen, no puedo hacerlo.

Tomo el bolígrafo entre mis dedos haciéndolo girar.

La señorita Jones pasa sitio por sitio dejando los exámenes a cada uno de mis compañeros.

Repaso todo mentalmente en lo que ella se va acercando a mi sitio.

No sé por qué estoy tan nerviosa, he estudiado bastante, estoy segura de que no me he salteado ningún tema importante, no tengo por qué estar asustada.

Ella deja la hoja frente a mí, se aleja hacia su escritorio, toma asiento y mira su móvil.

—Tienen cuarenta minutos exactos —indica—, pueden empezar.

Giro la hoja llena de preguntas y ejercicios y leo uno a uno.

Voy llenando el examen poco a poco, asegurándome de que las respuestas sean las correctas.

Al cabo de los cuarenta minutos entrego mi examen satisfecha. Asustada cómo para arrancar mi propio cabello, pero al fin y al cabo contenta con mi desempeño.

Como nunca en la vida, le sonrío a la señorita Jones al salir de la clase.

—¿Qué tal el examen, campeona? —pregunta Wade despeinando mi cabello.

—Me parece que lo he hecho excelente —digo confiada—, no hay forma de que repruebe, estoy segura de que mis respuestas han sido las correctas.

—Yo creo que ha reprobado —interrumpe Sophie pasando a nuestro lado y desapareciendo con rapidez.

—Gracias por ser tan positiva, siempre —murmuro.

—Ignórala —dice Wade tranquilizándome—, no merece tu atención, ni la de nadie.

Es cierto, no merece mi atención.

Drew sale de uno de los salones mirando su móvil.

Me le quedo mirando unos segundos.

Hoy luce innecesariamente guapo.

Su cabello se ve ordenado, sus ojos se ven vivos... la camisa le sienta de maravillas, se moldea a su cuerpo de manera perfecta, al igual que sus pantalones, estos se le ven de...

—Buen día, Madison —dice encarnando una ceja, divertido— Se ve contenta, señorita Plotkin.

Me sonrojo de manera leve.

—Estoy feliz, es todo —respondo.

Él me sonríe.

Estaré más feliz si apruebo ese examen.

—Buen día, señor Warren —dice extendiendo su mano hacia Wade.

Estos se saludan de manera muy seca y con expresiones bastante sombrías.

—Señor, Gallagher —responde Wade.

Qué incómodo...

—Yo tengo que irme —digo—, se supone que debo ensayar para una presentación...