¡Profe, No Borre El Pizarrón!

41: Cenicienta

Me abro paso entre la multitud de alumnos que luchan por salir del edificio. El último día de clases se ha convertido en un mar de llanto. Mis compañeros se aferran a sus cosas negándose a salir de las aulas y a soltar sus cosas.

Cierro el Netflix del celular y lo guardo en mi mochila mientras espero a Wade en el pasillo.

Recibo y doy varios abrazos en el transcurso de mi espera. En cuanto veo a Wade le sonrió.

-Por fin podré deshacerme de este horrible libro de cálculo -rueda los ojos-, y no tendré que volver a tocarlo.

Me río.

-Y yo por fin podré deshacerme del mío también -digo.

-No puedo creer que se acabó-dice shockeado-, no pensé llegar vivo a este momento de mi vida ¿Ahora qué sigue? ¿Vivir bajo un puente? ¿Empujar a minusválidos de sus sillas?

-¿Llorar hasta deshidratarse?

-¿Qué harás con tu querido Gallagher? -pregunta-, no puedes llegar con él a la graduación, tampoco lo puedes llevar al baile.

-Ni siquiera tengo vestido -digo apenada-, no encuentro ninguno que me guste.

-No vas a ser tan estúpida de decir que no quieres ir solo por un puto vestido de mierda.

-Tranquilo... parece que odias los vestidos.

Se ríe.

-Aparecerá la solución, tienes tiempo.

Y enserio ruego al cielo por ello. Sería fantástico poder llevar a Drew a la graduación como un invitado más, poder llevarlo como pareja del baile sin tener que escuchar los comentarios del resto. Sin tener miedo al escándalo que supone todo esto.

Me encojo de hombros y le hago una seña a Wade para salir del edificio.

Escucho la voz de Phoebe a nuestras espaldas, congestionada y quejumbrosa.

Giramos para ver qué le sucede.

-¡NO DEJEN QUE ME LLEVEN! -grita corriendo y escudándose tras nosotros.

¿Qué...?

El director Hoffman y el profesor Rodríguez se acercan a nosotros a pasos firmes y largos, el profesor Rodríguez apunta acusadoramente con el dedo a Phoebe.

-Señorita Lasky, debe responder por los daños -gruñe el director-. A dirección.

Phoebe niega ante la indicación.

¿Qué ha hecho ahora?

-Vamos, Lasky -dice Rodríguez-. La profesora Dinah sigue en el lavabo intentando quitarse la pintura de la cara.

-No debería quedarse dormida en el trabajo...

-No debería haberle rayado la cara -responde Hoffman.

-No debería dormir en plena clase...

-Usted siempre lo hace.

Phoebe hace mueca de indignada.

-Iré con ustedes, pero no piensen que le pediré perdón.

Mi amiga se planta dignamente al lado del director.

-Lo sigo... No debería castigarme, es último día de clases -nos mira apenada-. Espere cuatro años para hacer esto, ahora debo pagar las injustas consecuencias, los veo más tarde.