12: Salgamos

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Salgo de la sala de química bailando y agitando la en el aire mi examen con puntuación casi perfecta. En general, casi todos han salido de buen humor.

El examen de recuperación ha sido un éxito y casi no hay desaprobados.

—Gracias al Dios supremo por enviar a hombres como tú a la tierra —digo sin dejar de bailar sola.

Él me quita la hoja de las manos y me sonríe.

—Dame los cinco, pequeña genio —dice poniendo su mano frente a mí.

Le doy los cinco sin poder contener mi felicidad.

—¡Participaré en el festival! —chillo.

—¿Le entregarás el examen a tus padres? —pregunta— ¿Harás una cena especial para comunicarles?

—Les diré por Snapchat —respondo—. Es vergonzoso admitirlo, pero mi papá usa Snapchat.

Drew se ríe al verme sacar mi móvil.

—Debo confiscar eso —dice intentando quitármelo.

—Estás loco —me niego abriendo la aplicación.

Tomo la foto y se la envío a mi padre.

—Si ya enviaste la foto guarda el móvil —aconseja—. Si otro profesor te ve te lo quitará.

—A todo esto... ¿Por qué prohibieron los móviles? —pregunto— Es frustrante...

Su expresión cambia y se pone serio como el infierno.

Oh, no... Ha ocurrido algo.

—Fotos inapropiadas de momentos inapropiados —responde—, los padres han estado hablando y exigieron que se prohibieran los móviles al menos por un mes.

—Bueno, es un riesgo menos —digo encogiéndome de hombros.

Él me mira con la cabeza ladeada, cual cachorro confundido.

Pongo los ojos en blanco.

—Olvídalo... —digo moviendo mi mano en un gesto de indiferencia.

—Se me ocurrió algo —dice sonriendo con cierto atisbo de malicia.

—Sea lo que sea... La respuesta es no —digo guardando la hoja en mi bolso.

Él resopla y se apoya en la pared.

Aún no hemos hablado del beso de ayer, desde que nos encontramos en la mañana ninguno de los dos ha tocado el tema o actuado como si hubiese ocurrido. Una parte de mí cree que fue una alucinación, ya que de verdad Drew no da indicios de recordar que ayer nos besamos en un callejón como si no hubiese un mañana.

Me sonrojo al pensar en el beso.

Alzo mi mirada, encontrándome con los ojos azules de Drew mirándome con curiosidad.

—¿En qué piensas? —pregunta ladeando la cabeza otra vez.

En ti, ayer, besándome, gruñendo y tocándome. Y en qué quiero que me beses otra vez, por supuesto.

—En lo agradecida que estoy contigo —respondo—, sin ti no... No participaría en el festival, gracias por hacer esto por mí.

Le sonrío.

—De nada —dice—, es lo que cualquiera hubiera hecho ¿no?

¿Cualquiera? ¿Algo que cualquiera hubiera hecho?

¡Profe, No Borre El Pizarrón!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora