Capítulo 11

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Sonó el timbre, le dije que venía ahora que iba a abrir pero él insistió en acompañarme. Bajamos y yo abrí la puerta, en cuanto ví quién era me comenzó a hervir todo el cuerpo era el maldito psicólogo. Antes de perder los estribos le dije amablemente que hoy mi madre no estaba así que no podía venir. Pero él insistió diciéndome que así sin ella era mejor que yo estaría más relajada y que estaríamos los dos solos... Entonces me dí cuenta que la frase tenía doble sentido. En ese momento, perdí los estribos,y cuando iba a lanzarme a arrancarle la cabeza, note que me cojían por la cintura, cerraban la puerta y me sentaban en el salón, fue Álex, me echa una sonrisa y vuelve a abrir la puerta. Sonríe al psicólogo y este se queda paralizado. Pero enseguida reacciona, y con toda su cara le dice a Álex:

- Joven, me gustaría poder quedarme a solas con la señorita Nara para poder ayudarla. Si me deja pasar... - y intenta apartar a Álex, este no se mueve salvo porque le mete un puñetazo en la nariz y vuelve a sonreirle.

- Como ve no se va a volver a quedar a solas con la señorita Nara y si tantas ganas tiene de quedarse solo con ella, vaya a su casa y échese en su cama, duermase y sueñe. Porque de ahora en adelante si la madre de Nara no está y usted tiene que venir a verla yo les haré compañía. Y si no quiere operarse la nariz para reconstruírsela le recomiendo que se vaya porque si no me veré obligado a rompérsela.

Yo abrí la boca completamente sorprendida, Álex me estaba defendiendo. Y el Sr. ese se fue, pero por la mirada que me echó creo que lo volvería a ver. Y tengo miedo de que llegue el momento de que me encuentre y que nadie pueda protegerme... Pero cuando Álex cerró la puerta le dediqué un gracias y él me dijo que fuéramos a mi habitación. Subimos. 

- ¿Qué días dices que tienes psicólogo Nara?

- Creo que son los lunes, los martes, los viernes y los sábados.

- Vale, pues esos son los días que quedaremos para estudiar matemáticas. ¿Te parece bien?

Yo asentí y él me sonrió. Luego añadió que si esos días estaba siempre mi madre en casa y yo le dije que no que los lunes y los viernes tiene cartas y los martes y domingos trabaja. Yo también caí en la cuenta de que los días en los que mi madre no está son cuando mi psicólogo quería venir... Pero supongo que será una coincidencia. 

- ¿En qué trabaja tu madre?

Yo le respondí que trabajaba de azafata y que se marchaba 2 semanas todos los meses. 

- No me gusta ese psicólogo pero si quieres aceptar mi consejo no le cuentes nada de esto a tu madre. Y los días que no esté ella, podría estar aquí en tu casa pero tranquila, solo para ayudarte en caso de apuro. - Yo me sonrojé y asentí con una sonrisa.- Bueno pues aquí tienes mi número, cuando tu madre se marche me llamas ¿vale?

- Sí - y cuando se iba a marchar añadí - muchas gracias por todo.

- De nada, aunque creo que no te haré mucha falta porque si no te llego a coger antes lo descuartizabas.

Sonreí y cerré la puerta. Subí corriendo y apunté su número en mi diario. Luego escribí el resto del día. Cuando llegó mi madre se puso a hacer la cena. Cené y me fuí a la cama. Esa noche tube una gran pesadilla el psicólogo se colaba en mi habitaión y... 

De repente me despierto en medio de la noche sudando por el miedo que he pasado. Intento tranquilizarme pensando que con Álex cerca él no me tocará ninguna parte de mi cuerpo... y menos la que me tocó en el sueño...

The Story of my Life [INTERRUMPIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora