The Story of my Life [INTERRUMPIDA]

Capítulo 46

- ¿Vas a cenar algo? - le pregunté déspotamente.

- ¿Qué hay? - me preguntó.

- ¿Sabes cocinar?

- No.

- Pues nada.

El frunció el ceño y a mí me invadió una gran satisfación.

- ¿De verdad no sabes cocinar? - le pregunté.

- De verdad, ¿por qué te resulta tan raro?

- Bueno, eres mayorcito - le respondí con una sonrisa.

Me repaso con la mirada parándose en ciertas partes y me contestó:

- Tengo mayordomos.

- Ahh... ¿Y son ellos los qué te hacen la comida? Una cosa ¿también te dan de comer?

- Sí, ellos me hacen la comida pero no me dan de comer, ellas me dan de comer.

- ¿Ellas?

- Ellos mayordomos, ellas sirvientas.

- ¿De verdad te dan de comer?

- No.

- Ya decía yo que ni tú podias ser tan inútil.

- Cuidado.

- ¿Por qué?

- Porque te podría pasar esto - dijo mientras se levantaba y comenzaba a correr de tras de mí.

Yo eché a correr escaleras arriba pero como llevaba tacones me pilló nada más comenzar el pasillo, me empujó y yo me caí al suelo con él encima. Yo estaba riéndome y él comenzó a reírse también.

- ¿Quién es la inútil ahora? - me susurró al oído.

- Lo dejaremos en tablas - le contesté aún riéndome.

- No, yo siempre gano por goleada.

- ¿Y qué vas a hacer ehh?

- Ahora verás... 

Y comenzó a hacerme cosquillas, yo estaba retorciéndome en el suelo entre risas y carcajadas.

- Vale, vale tú ganas - le dije rindiéndome.

- Ya te dije que siempre gano por goleada - y me besó.

Lo peor no acabó ahí sino que yo le respondí al beso, luego él me beso el cuello y comenzó a acariciarme los tobillos, subió hasta llegar a la rodilla, pero no se paró ahí, comenzó a pasar sus manos por mis muslos pero con más presión, ahí lo detuve.

- Para - le dije.

- Pero si... - dijo mientras se sentaba en el suelo.

Yo también me senté, me alisé el vestido y me quité los tacones.

- Jonathan tengo novio...

- Él no tiene por qué enterarse...

- No soy una zorra y prométeme que no se lo dirás a nadie, por favor - le supliqué - esto no ha pasado - en ese momento se me calló una lágrima - por favor...

- Está bien... - dijo mientras me secaba la lágrima.

- Gra - gracias... - me levanté, cogí los zapatos y me fui corriendo y llorando a mí habitación.

¿Qué había hecho...?