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Narra Thalia

Mantener mi juramento era difícil cuando cierta chica usaba ropa apretada.

No enamorarse resultaba difícil cuando la otra persona usaba ropa apretada.

En serio, el suéter que usaba Reyna era demasiado apretado, encima con el cuerpazo que tenía.

En fin, me desvío. No puede creer que me haya perdido en los túneles, quedé en ridícula frente a Reyna... Un momento ¿Desde cuándo me importaba lo que pensasen los demás? Qué más da.

Me moría de ganas de que las amazonas encuentren alguna pista del paradero de Hylla, así podría ir a la misión de rescate. Hace bastante tiempo que no iba a una misión, obviamente rastreaba y mataba monstruos con las cazadoras, pero no se le puede llamar a eso misión, era un juego. Necesitaba la adrenalina de estar en peligro real, romperte la cabeza intentando descifrar las pistas y la incertidumbre de no saber qué hacer.

Sé que si voy a la misión estaría acompañada de amazonas y cazadoras, no mis amigos del campamento. A veces añoro aquellos tiempos, con Luke y Annabeth, no eran tiempos fáciles, pero eran felices.

Recuerdo cuando conocí a Luke, yo me había escapado de la casa de mi madre una semana atrás, y había sido una semana muy dura, una semidiosa inexperta vagando sola por las calles. Era una niña asustada de todo, que estaba destrozada por la desaparición de su hermanito y se sentía muy sola. Aquella noche estaba cansada y herida, de las sombras de la noche salió un perro del infierno, me agarró desprevenida y yo pensé que era mi fin, pero apareció él, mató al monstruo con un solo golpe de su espada. Desde ese momento no estuve sola, los dos nos enfrentábamos a cualquier cosa, no sólo a los monstruos, nos enfrentábamos a nuestros miedos y secretos, nos apoyábamos el uno al otro, jamás pensé en él como algo que no fuera un hermano.

También recuerdo cuando encontramos a Annabeth, era una ternurita con siete años, ella también estaba sola, así que nos convertimos en su familia. Eso éramos, una familia, una promesa. Todo cambió cuando estábamos a punto de llegar al campamento, tan cerca y tan lejos.

Pero por breves momentos fuimos una familia, ninguno de nosotros la habíamos pasado bien con nuestra familia real, por eso nos manteníamos unidos, porque a pesar de no ser una familia convencional nunca nos habíamos fallado, habíamos estado presentes, no apoyamos siempre, y eso era lo que importaba en ese momento: el amor, nuestra familia era extraña, pero tenía amor. Después me enteré de que la promesa se había roto.

Cuando me uní a las cazadoras todo resultó más fácil, eran buenos tiempos, me sentía segura y sin peso que cargar sobre mis hombros. Pero la vida siempre tiene que cambiar, no puedo quedarme en mi zona de confort, el destino tiene algo más para mí y estoy dispuesta a averiguar que es.

Me dirigía al cuarto de Reyna para avisarle que ya era la hora de cenar, pero me la encontré dormida, y no se me ocurrió mejor idea que despertarla.

—Eh, romana. —dije sacudiendo su hombro—Reyna, te voy a tirar agua fría, ¡Arriba!

Ella se despertó sobresaltada, fue raro verla recién levantada, con los ojos cansados y el pelo desparramado sobre la almohada. Debo admitir que se veía hermosa, ella siempre estaba hermosa, pero era una belleza imponente, era una hermosa guerrera. Ahora se veía tranquila e indefensa. Pensé en cómo debía ser su vida, ella era una líder, igual que yo. Sabía que los lideres debíamos soportar mucha presión, debíamos ser perfectos o todo a nuestro alrededor podía desplomarse. Por eso entendía la seriedad y rudeza de Reyna, si uno no podía ser fuerte por dentro, debía intentar serlo por fuera.

—¿Qué sucede?—preguntó adormilada.

—Es hora de cenar—dije apartando un mechón de cabello de su cara, no pude evitar hacerlo—En algún lugar de este laberinto tienen un comedor.

"Compostura, pretora" FanFic TheynaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora