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Narra Reyna

Debíamos ir al muelle de Santa Mónica.

Mi noche estuvo más interesante de lo que hubiera querido, la verdad, con el sándwich me bastaba, pero tuvieron que presentarse otros acontecimientos.

Primero, había entrado por primera vez en mi vida a un club nocturno, cosa que no resultó muy agradable. Segundo, Thalia me había visto llorar, como si lo que pasó con Frank no fuese lo suficientemente patético.

Anoche apenas llegamos leímos la carta "Tenemos a Hylla, también el cinturón y la diadema. Esta es la primera pista, es fácil, vengan al muelle de Santa Mónica, las otras tendrán que pensarlas un poco más. Espero que el juego les divierta" Estaba escrita a mano, parecía que la habían escrito apresuradamente, pero la letra era fina y elegante.

Me esperaba algo más largo, pero eso era todo lo que decía la carta. Sospeché que era una trampa, era todo muy raro, pero tenían a mi hermana, el anillo era la prueba. Al parecer la persona que escribió la carta quiere jugar a las pistas, cuando lo encuentre voy a jugar a saltar la cuerda con sus tripas. De cualquier modo, no nos quedaba más remedio que seguir el juego.

Le insistí a Thalia en que debíamos despertar a las amazonas y mostrarles la carta, pero ella dijo que sería mejor hacerlo mañana. Eso era lo más sensato, ya que no teníamos idea de donde dormía Lidia. Pero ya no me quedaba sensatez, estaba desesperada por encontrar a Hylla, sabía que ella era dura, pero no había manera de no preocuparme.

Ella logró convencerme de dormir un poco, de que mañana arreglaríamos todo y partiríamos en una misión para rescatar a Hylla. Pero yo no pude pegar ojo en toda la noche, por más que lo intentara, el tema de Hylla me estaba alterando demasiado, como si no hubiera estado alterada los últimos días, nunca había tenido problemas en mantener la calma bajo presión, pero esta vez era distinto, esta vez era débil.

Por la mañana fuimos directamente a la sala de operaciones, con ayuda de Anna para no perdernos. Allí habían varias amazonas trabajando como ayer, entre ellas se encontraba Lidia, se notaba que ella era una mujer fuerte, con una mirada firme, los ojos oscuros y el cabello castaño, aparentaba unos veinticinco años, pero era difícil saberlo por lo imponente de su presencia y las arrugas que tenía en la frente por fruncir el ceño.

Me acerqué corriendo a ella, le expliqué sin muchos detalles lo que había pasado anoche, ella escuchaba sin demostrar ninguna emoción en el rostro, aunque sospecho que no le agradó mucho el hecho de que hubiésemos salido sin su permiso.

—Dame la carta— dijo cuando terminé de contarle.

Yo se la di y ella la examinó, con un brillo en los ojos. Ella debía estar tan emocionada e impaciente como yo, la idea de encontrar a mi hermana me daba la energía suficiente para correr un maratón.

—Tenemos que partir hoy— insistí.

—Podría ser una trampa.

—No importa —repliqué— Es lo único que tenemos para encontrarla, podrían quedarle días.

—Entiendo tu preocupación, pero como bien debes saber, cuando eres un líder debes pensar en el bien común, no en el de una persona.—Dijo Lidia

—Yo podría ir sola a la misión— dije, cada vez más desesperada.— No es necesario que vaya todo el cuartel, si necesito ayuda se los comunicaré.

—No irás sola— intervino Thalia— Deberíamos formar un grupo de cinco, para no atraer monstruos. Santa Mónica está en California, podríamos ir en auto.

—En auto sería muy lento—protesté— Hay que ir en pegaso o en avión...

—No sé porque discuten, todavía no he autorizado ninguna misión.—nos cortó la amazona.

"Compostura, pretora" FanFic TheynaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora