A ella le pareció ver vulnerabilidad en su rostro. Pero todo era surrealista, él con la mirada y sus acciones de ese día le indicaban que le creía y algo en su interior, muy en el fondo le decían que era por algo más ¿Acaso él la amaba? Pero estaba demasiado acostumbrada a que nada saliera bien entre ellos que no se permitió ni siquiera dar salida a ese fugaz pensamiento.
- ¿Es que no lo entiendes? – Prosiguió él – A pesar de que tú en realidad me hubieras sido infiel...No, espera... Deja de luchar contra mí por favor.
Le imploró al verla debatirse nuevamente furiosa por haber mencionado de nuevo la palabra infiel.
– Por todos los cielos ¡Déjame explicarme! ¡Permíteme hablar! – Dijo Máximo.
Infidelidad, infiel, adultera, adulterio... Esas palabras se repetían en su mente y la laceraban y la mataban por dentro. La simple mención de lo que la acusaba la ponía en un estado que rayaba ya en la histeria y la desesperación. No podía estar allí viendo, escuchando como él volvía a remover todo aquello. Esta vez no lo soportaría. Quería correr lejos de allí, lejos de todo y lejos de él. Amarlo sería su tortura indefinida, moriría así, amando a un hombre que la despreciaba. De pronto se encontró en la arena, con él encima pero de tal forma que no tenía todo su peso sobre ella. Allyson había luchado por librarse de sus poderosos brazos y él en su afán de controlarla la había puesto sobre la arena para intentar detenerla y hacer que lo escuchara.
- ¡Maldición Allyson! Tienes que escucharme. ¡No me hubiera importado ya nada! Infiel o no te quiero conmigo, te quiero a mi lado, ya no me importaba nada, no me importa nada. – Le dijo furioso.
- ¿Ah si? Pues muchas gracias, que misericordioso – Le espetó ella ya sin luchar por escapar. – Seguro te canonizarán por esto. Aunque eso de que no te importa nada ¿A que se debe? ¿A que lo has pasado bien conmigo en la cama que eso basta? Vaya, no sabía que era tan buena – Terminó con sorna, disimulando lo mucho que le afectaba el pensar que era tal y como ella decía.
Los dorados ojos de Máximo relampaguearon de furia y se tornaron de un color entre oro fundido y verde intenso. Luchó por controlar sus emociones que amenazaban peor que la lluvia que se volvía más fuerte por momentos y que lanzaba relámpagos y truenos ensordecedores a cada instante.
- ¿Piensas que es por eso? Que mala opinión de ti misma.
- Fuiste de mucha ayuda para formar esa opinión.
- Fui un bastardo insensible – Dijo súbitamente.
- ¿Qué? – Parpadeó confusa.
- Lo que oyes, es lo que he sido. Eso y más. Jamás me perdonaré todo lo que te hice sufrir.
- Pero...Yo...- Estaba confusa por lo que oía.
- No te merezco, nunca te merecí. Te hice sufrir y no habías hecho nada para recibir toda mi furia y mi dolor.
- ¿cómo...? – Preguntó entrecortadamente, pero ahora ella la que no podía hablar.
- Te creo Allyson – Le dijo con la mas absoluta tristeza que jamás le había visto ella y que le provocaron ganas de echarse a llorar nuevamente – Fui un animal insensible, orgulloso y estupido. Pero sé que no me fuiste infiel nunca. Se que no serviría de nada decirte que sufrí intensamente por tu supuesta infidelidad, pero así fue. Ese dolor venía desde lo más profundo de mí, de mi corazón porque lo que me hiciste sentir era algo nuevo para mí y era demasiado intenso. No se trataba solo de deseo. Te amaba con pasión, con locura y era casi doloroso de lo fuerte que era y es lo que siento por ti. Por eso actué tan perversamente. Quería herirte así como creía que tú lo habías hecho. – Concluyó.
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Amargo Recordar (Saga Amores Inolvidables 1)
RomanceAllyson Castillo había perdido la memoria y tenía la sensación de un vacío enorme en su corazón mismo que se relacionaba con los sueños recurrentes con un guapísimo extraño. El cual se materializó frente a ella en la vida real diciendo que estaba ca...