SANGRE

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Estaba demasiado cansada para seguir adelante, todo era una mierda, mi vida era una mierda. La única solución que encontraba era la peor de todas y la que más miedo me daba, pero a la vez, era la más fácil y eficaz para acabar con todo de una vez por todas. Tampoco tenia nada que perder, bueno si, a él, pero eso es algo irreparable, si me volvía a acercar, el que acabaría mal aquí sería él, y eso es lo último que quiero, pues ha sido de lejos lo mejor que me ha pasado en la vida, la única persona que realmente me ha querido y es un pena el verme obligada, para protegerlo, a separarlo de mi lado por siempre.

Es egoísta, incluso cruel mi solución, pues se que él lo pasará mal después de todo. Siempre que sea cierto todo lo que me dijo ese bonito día de invierno, en su casa, cuando estábamos echados tranquilamente en el sofá de su salón. Es un bonito recuerdo que ahora mismo siento muy lejano, cuando se perfectamente que la realidad es que paso no hace demasiados días. El recuerdo sigue fluyendo en mi mente hasta que llega a la parte más oscura de este, mis ojos se humedecen al recordar los golpes y siento el dolor en cada parte de mi cuerpo, mis ojos ya no pueden dejar de soltar miles y miles de lagrimas.

Salgo corriendo hacia el baño y dejo que la bañera se empiece a llenar de agua, mientras, voy a mi habitación y cojo mi amigo el cúter y una carta que tenia ya previamente escrita, pues sabía desde siempre como sería mi final. Me vuelvo al baño, dejo la carta a un lado de la bañera y voy despojándome de mi ropa tranquilamente, primero el jersey. Una vez fuera contemplo mi torso, con varios moratones, algunos más grandes que otros, una lágrima más se escapa de mis ojos. Me saco los pantalones y de nuevo dirijo mi mirada a mis delgadas piernas, también con diversos moratones, me miro con vergüenza y me reprocho el hecho de no defenderme, aparto la mirada pues no puedo aguantar más.

Cojo el cúter y me meto en la bañera con ropa interior. Aún con el recuerdo de la paliza empiezo cortando las venas del brazo izquierdo verticalmente, la sangre corre por él hasta acabar en el agua, la cual empieza a coger un tono rojizo, este se va intensificando a medida que la sangre va cayendo. Recuerdos terribles me vienen a la mente...

-Por favor, ... para – digo sin fuerzas y tirada en el suelo
-QUE TE CALLES LA MALDITA BOCA! - un nuevo puñetazo aterriza en mi mejilla derecha, esta ya me escuece violentamente por el tercer o cuarto golpe, no lo se ya he perdido la cuenta. – NI SE TE OCURRA VOLVERTE HA ACERCAR TE A ÉL, MERECE MÁS QUE UNA PERRA COMO TÚ- esta vez el puñetazo va a mis costillas, ya no me quejo, ya no siento el dolor, solo su irritante voz de fondo y difuminada. Todo lo veo negro.

Llorando desconsoladamente cojo el cúter y hago lo mismo en la pierna izquierda, un nuevo rio de sangre recorre parte de mí cuerpo. Un nuevo recuerdo llega a mí.

-Hola pequeña- me dice con su tono dulce de siempre mientras me coge por la cintura y coloca sus suaves labios encima de los míos empezando un tierno beso

-Hola pequeño- le respondo encima de los suyos. Me mira, su mirada es de preocupación

-¿Que te ha pasado en la mejilla?- lo miro a los ojos y como cada vez que me lo pregunta, me invento algo

-Me caí por las escaleras esta mañana- le sonrió para que no se preocupe pero en sus verdes ojos se ve que no se ha creído ni una de mis palabras

-No te creo, no puede ser que cada semana me aparezcas con un moratón diferente y todo sean por caídas- dice él mientras acarona mi mejilla con su mano, yo la cojo y junto de nuevo nuestros labios

-No te preocupes- le digo en mitad del beso

Pensar que no volveré a probar sus gruesos labios me hace llorar aún más. Empiezo con la pierna derecha con un nuevo corte, los ojos se me empiezan a cerrar y mi mirada va volviéndose borrosa. Un nuevo recuerde llega a mí mente

-Vamos a ver que es lo que te ve él de deseable- dice con una mirada llena de maldad, me hecho para atrás negando con la cabeza

-No, no, no, no por favor no- él se me acerca y yo me sigo echando para atrás, puede hacer lo que quiera menos eso. Cuando lo tengo muy cerca lo empujo y salgo corriendo, por desgracia me atrapa y me tira al suelo

-Crees que puedes escapar de mí, no has aprendido como van las cosas todavía, si yo quiero algo lo consigo – pone sus repelentes labios encima de los míos y me saca la camiseta. No puedo hacer más que llorar y moverme para dificultar el trabajo. Sus ásperas manos acarician mi cuerpo y me entran arcadas, van directas a los panta...

No puedo pensar más, ese es mi peor recuerdo, me hago el último corte en el brazo derecho. Ya no lloro, me he quedado sin lagrimas con las que llenar la bañera una vez más, esta a cogido un color rojo intenso. Empiezo a sentir como la oscuridad me envuelve, poco a poco, hasta tal punto de no poder mover mis extremidades ni de notar el dolor en ellas.

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Hola de nuevo chiquitos^^

Aquí os traigo una nueva historia que espero que os guste mucho mucho mucho.

Decidme en los comentarios si os gusto este primer capítulo

PD: referente a la otra historia lo siento por no actualizar, pero el otro día me la leí de nuevo y hay muchas cosas que no me gustan y que me gustaría cambiar y no se muy bien como hacerlo así que lo siento por no actualizarla, debo mirármela muy bien.

Ya sabéis que comentar y votar ayuda muchísimo

Un beso muy grande chiquitos^^

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