BULLYING

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Me desperté contenta, ayer estuve en mi primera clase de autodefensa y la verdad es que me lo pasé realmente bien. Aprendí muchísimas cosas que espero de veras que me puedan servir para el futuro. Es frustrante, pensar que para mi ahora mismo es una obligación ir a esas clases, y aun lo es más saber que seguro voy a tener que usar muchas de las cosas que se me enseñen, asqueroso Bruno.

Me levente de la cama y me di una ducha para poder despertarme. Me seque y me vestí. Una vez lista bajé a la cocina a por mí almuerzo, desayuné tranquilamente y emprendí mí camino hacia el instituto.

Mientras caminaba me sentía diferente y aunque se perfectamente que una sola clase no cambia nada, me sentía diferente, más fuerte, que si hoy pasaba alguna cosa al menos sabía alguna que otra técnica que me pudiera ayudar a escapar o al menos a retrasar al agresor. Estaba tan metida en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta que de repente tenía a Connor delante.

-¡Connor!, que susto me has dado- dije haciendo un suspiro largo. Él se empezó a reír

-Lo siento preciosa – dijo encantador, lo miré con cara de desprecio – he no me mires así, encima que te hago un cumplido- no cambié mi expresión y él sonrió- lo siento – dijo aún sonriendo.

-¿Que quieres?

-Hace mucho que no nos vemos, ayer te busqué durante el recreo, debajo el árbol y no estabas – me tensé un poco

-Ya bueno – dije rascándome el brazo

-Pero hoy si que nos podemos ver, ¿quieres que vayamos a tomar un chocolate después de las clases?, es posiblemente el último que nos tomemos antes de que lleguen las semanas de exámenes –

-Claro me encantaría- dije sonriendo, el sonrió y dejo un pequeño y suave beso en la comisura de mis labios, me tensé y lo miré extrañada, él simplemente sonrió

-Te espero en el árbol- yo asentí y nos separamos para ir cada uno a nuestros respectivos institutos.

Empecé a caminar y al poco tiempo comencé a sentir como que alguien me observaba o seguía. Me giré pero no había nadie, seguí mi camino un poco más rápido. Llegué al instituto y entré, me fui a mi casillero y lo abrí para poder sacar los libros, al abrirlo algo cayó al suelo. Lo recogí del suelo y pude ver una fotografía de Connor y yo besándonos, justo el beso que nos acabábamos de dar unos minutos atrás. Parpadeé varias veces para asegurarme de que lo que estaba viendo era real.

-Pero que mierda- dije para mí misma mirando la foto sorprendida, quien tenía tanto tiempo libre y era tan rápido. Rompí la fotografía.

-Eso no te servirá de nada –dijo alguien a mis espaldas, me giré. Pero el chico ya se había ido. Me quedé perpleja. Levanté un poco mi mirada y vi que la foto que habian dejado en mi taquilla junto con las otras que nos habían hecho estaban colgadas por el instituto. Estaba flipando. Me fui hacía mi clase pero a cada paso que daba había alguien nuevo llamándome zorra, puta, y más insultos por el estilo. Llegué a la clase con las lágrimas cayendo sin control por mis mejillas.

Me senté en mi silla y saque un pañuelo para poder secarme todas las lágrimas, bebí un poco de agua e intente relajarme. Ya no podía sentirme fuerte, había ido a la clase de autodefensa para poder defenderme físicamente, pero no para defenderme psicológicamente, ya no sabía qué hacer, no sabía cómo defenderme, qué hacer con toda esta situación. De repente por los altavoces se oyó al director pedir que en la hora del recreo fuese a su despacho.

Agache mi cabeza y oí como la clase se reía, miré de lado y vi que hoy Bruno no había venido "menos mal" pensé, algo bueno dentro de lo malo. La clase empezó e intenté prestar algo de atención pero no podía.

El timbre sonó indicando la hora del recreo, salí rápido de la clase sin mirar a nadie, directa al despacho del director.

-Buenos días Katy

-Buenos días señor – dije secándome una lágrima que se había escapado

-¿Me podrías explicar a qué viene toda esa escena en mi instituto?

-Yo no he tenido nada que ver señor, lo juro.

-Me lo imagino, la he traído aquí para preguntar qué clase de problemas tiene usted con sus compañeros para que le hagan estas cosas como el cubo de pintura de la otra vez

-No los sé señor, yo nunca les he hecho nada

-No es posible que le hagan todas esas cosas sin haber hecho usted nada, no tiene ningún sentido

-Lo sé señor, yo tampoco lo entiendo – dije con la cabeza baja y aguantándome las lágrimas, no quería decir nada sobre Bruno y lo que había pasado fuera, temía que Bruno llegara a enterarse de mi conversación con el director.

-¿Sabe quien ha sido?- pregunta complicada, realmente complicada. Me encantaría poder decir que los causantes de todo han sido esos tres capullos, pero simplemente no puedo la respuesta por parte de los tres sería terrible, me acabarían matando

-No lo sé- dije sin mirarle a los ojos

-¿Hay algo que quiera contarme señorita Katy?

-No señor, nada- dije intentando poner mi mejor cara

-De acuerdo señorita Katy ya puede irse – asentí con la cabeza y salí de su despacho, caminé hacía fuera para poder almorzar. Mientras caminaba una chica me paró y con una mirada escalofriante me dijo

-Es increíble que tu tengas "novio"- dijo haciendo las comillas –y yo no, de seguro solo te utiliza como objeto sexual, ya sabes, para sus necesidades. Yo no sé cómo no te has suicidado todavía – dicho esto rió y se fue. Apreté la mandíbula intentando no llorar, acababan de desearme la muerte.

Al fin llegué a mi árbol donde pude almorzar y llorar tranquila. La hora del recreo se acabó y tuve que volver a las clases pero antes pasé por los baños para así poder mojarme la cara y hacer que mis ojos se relajaran un poco o que al menos el rojo que tenían de las lágrimas fuera menos intenso.

Las clases terminaron y aunque hoy nadie me había tocado, me habían dado una buena paliza psicológica, hoy había sido la primera vez que me habían deseado la muerte y para mi desgracia no la única un chico y otra chica más también me lo habían dicho.

Salí del edificio y me dirigí hacía casa, no tenía ganas de ver a nadie, simplemente no podía estaba destrozada. Me dolía la cabeza de tanto pensar, ¿por qué me hacían esto?, no lo entendía de verdad que no, no tenía ningún sentido, solamente quería irme de la ciudad. Mi mayor deseo era poder cumplir ya la mayoría de edad e irme de casa y de esta maldita ciudad para volver a empezar. Era lo único que pedía.








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Holaa chiquitos^^

Espero que les haya gustado mucho el capítulo :)

Ya sabéis que comentar y votar ayuda muchísimo

Un beso muy grande chiquitos^^

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