Cuando acabaron las clases salí corriendo del instituto y decidí dar un rodeo antes de llegar al árbol donde había quedado con Connor. Cuando llegué me lo encontré sentado con la espalda contra el árbol. Me acerqué a él mirando a todos lados para ver que no me habían seguido esta vez.
-Hola –dije cuando llegué a su lado
-Hola – dijo levantándose y dándome un beso en la mejilla – ¿dónde vamos?- dijo feliz.
-A una cafetería que está un poco escondida pero es muy bonita- dije aún mirando a mí alrededor
-Vale-dijo
-Allí también hacen un chocolate muy bueno – dije sonriendo
-Enserio,- dijo emocionado - perfecto porque no sabes cómo me apetece ahora una taza de chocolate – dijo relamiendo sus gruesos labios. Empezamos a caminar hablando de cualquier tontería que se le pasara por la cabeza a ese hombre. Él estaba muy feliz y caminaba tranquilamente, mientras yo estaba todo el tiempo tensa y mirando para todos lados, pero a la vez notaba una sensación cálida que conseguía que esa inseguridad que provocaba el hecho de no saber si me estaban vigilando fuera algo menos intensa. Pero por supuesto él notó mi inseguridad, especialmente en el momento en el que entramos a la cafetería
-Oye, ¿estás bien?- dijo mientras abría la puerta de la cafetería – te noto algo rara, estas como muy tensa
-¿Ah sí?- dije yo intentando simular estar tranquila entrando en la cafetería
-Sí- dijo riendo- ¿ha ocurrido algo que haga que estés así?- me estaba poniendo nerviosa
-No, no tranquilo está todo bien- dije con una falsa sonrisa sentándome en una de las mesas que no tenia ventana y quedaba más alejada de la puerta
-Entiendo que no me lo quieras contar, aún no nos conocemos del todo- dijo en una sonrisa preciosa – pero quiero que sepas que conmigo puede confiar – dijo mirándome con sus preciosos ojos verdes. No podía quitar la mirada de sus grandes ojos, me sentía algo intimidada. Aparté la mirada y asentí levemente con una sonrisa.
La sinceridad de sus palabras me había abrumado, era la primera vez que había encontrado alguien a quien confiarle mis secretos aunque obviamente todavía no me sentía lo suficientemente confiada y cómoda como para decirle nada de lo que me pasaba, además lo último que quería era que cogiera miedo de mí o me odiara por meterlo sin querer en esta situación, o peor aún, que se fuera dejándome sola, justo ahora que había conocido una pequeña parte de lo que se llama amistad. Solo él ha conseguido que empiece a entender el significado de la amistad y el motivo por el cual la gente da tanta importancia al hecho de tener amigos.
-Gracias- dije en una sonrisa. Pedimos un chocolate los dos y él me contó una historia que le había pasado con un amigo. Por lo que dijo tenía un amigo de toda la vida con el que se llevaba muy bien pero un día este le dijo que estaba enamorado de él, y Connor le rechazo ya que él no sentía lo mismo por su amigo. Intento de todas formas seguir con la relación que tenían pero fue el amigo el que decidió apartarse de él.
La verdad es una historia muy triste el hecho de poder romper una relación de años por unos sentimientos no correspondidos. El amor, el sentimiento más poderoso del mundo y a la vez el más delicado y frágil de todos, que con un simple toquecito puede dejar rota en pedazos a la persona en cuestión pero a la vez con un simple toquecito es capaz de reparar a esa persona al completo. Un sentimiento complicado pero que tiene una hermosura que hace que en realidad todo el mundo este en busca de este, pues es la debilidad de todos, todos queremos sentirlo aunque sepamos que a la vez pueda ser nuestra destrucción.
Cuando acabamos de tomarnos la taza de chocolate, como la última vez, fuimos a dar un paseo pero esta vez no por el centro sino por calles algo más escondidas
-Sabes nunca había estado por estas calles de la ciudad, la verdad es que tienen su encanto- dijo mirando las casas que había a nuestro alrededor
-La verdad es que son muy bonitas - eran casas antiguas echas todas de piedra parecía incluso que estuviéramos en otra ciudad. Nos paramos delante de una de las casas que tenía unos gravados muy bonitos.
-Parece que no estemos ni en la misma ciudad – dijo en una sonrisa. Lo miré en una sonrisa y él me la devolvió. Se me quedó mirando a los ojos, se acercó a mí y yo me quede quieta me sentía intimidada por su cercanía, él se fue acercando más a mi hasta que nuestros labios se unieron en un tierno beso. Nos separamos y nos miramos a los ojos, el dejó escapar una preciosa sonrisa. Yo no sabía dónde meterme de los nervios, me sentía completamente fuera de lugar. Me había besado, a mí, a la rarita, a la que todo el mundo le daba asco, no entendía que estaba pasando.
-¿Porque has hecho eso?- pregunté, él se me quedó mirando confundido
-Lo siento, es que me gustas mucho- dijo tímido- ¿no te ha gustado?- pregunto algo preocupado
-No es eso- dije yo completamente roja – es que nunca había besado a nadie – dije aun más roja si era posible
-¿No?- yo negué con la cabeza – ¿y te ha gustado?
-Ha sido algo raro- dije tímida
-Pues que sepas que besas muy bien – dijo con una sonrisa encantadora
-Calla- él se rió
-Sabes es todo cuestión de practica- se abalanzó sobre mí una vez más colocando sus manos en mi cintura, esta vez yo puse las mías alrededor de su cuello. Las sensaciones eran realmente espectaculares, no sabría describirlo, era cálida y reconfortante a la vez, una sensación perfecta.
-¿Que tal ahora?- dijo haciendo broma
-Sigue siendo raro – él se rió de nuevo y yo le di un golpe en el brazo -Debería irme ya, tengo tarea por hacer- dije nerviosa
-Espera te acompaño hasta casa – yo asentí y empezamos a caminar hacia mi casa
-Así que nunca habías besado a nadie ¿y eso?- yo mire hacia abajo
-Pues supongo que nunca le he gustado a nadie
-Eso no me lo creo – dijo sorprendido
-Va enserio- dije yo mirándolo
-Pues algunos son muy estúpidos- yo reí por su comentario. Finalmente llegamos a mi casa.
-¿Nos vemos mañana?- dijo él
-Si tú quieres- dije tímida
-Claro que si – dijo feliz, yo le sonreí. Él dejó un pequeño y suave beso en mis labios - no vemos mañana preciosa- dicho esto dio media vuelta y se fue.
Entre en casa y me fui directa a mi habitación. Me senté en mi cama y allí me quedé pensando, analizando todo lo que había pasado aquel día. Como una solo persona podía hacer que mi vida diera una vuelta tan grande, era la primera vez que sentía este sentimiento en mí, me sentía "querida", ¿era posible ese sentimiento en mi persona?, por lo visto los milagros existían, me sentía bien, me sentía viva, me sentía feliz después de muchos años. Era una sensación cálida y satisfactoria esperaba que esa sensación no desapareciera nunca, era realmente reconfortante.
De repente mi móvil se encendió indicándome una nueva notificación, era él diciéndome que le había gustado mucho estar conmigo, sonreí tontamente al verlo, mientras le contestaba que a mí también me había gustado mucho estar con él me llegó una nueva notificación de un número que no tenía guardado, entré en la otra conversación y era una fotografía la descargué y mi cara cambió a una de miedo en ver que era una foto en la que salimos Connor y yo besándonos, a él no se le veía demasiado pero a mí se me veía de lleno. Mierda.
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Holaa chiquitos^^
Espero que les haya gustado mucho el capítulo :)
Ya sabéis que comentar y votar ayuda muchísimo
Un beso muy grande chiquitos^^
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Ayuda
Teen Fiction-Por favor...- dije llorando, no soportaba ya los golpes -CALLATE ANORÉXICA DE MIERDA- dijo dándome una patada en las costillas. -Para...- dije sin fuerzas ya no aguanto más todos los golpes, son demasiado fuertes. . . . -Mi...