LA MEJOR CURA

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Me desperté perezosamente y miré el reloj que se encontraba encima de mi mesita de noche, las diez de la mañana. Me quedé por unos minutos estirada en la cama simplemente mirando el techo tranquila, sin pensar en nada. Poder dormir estas horas extras al no ir a clase me habían ido fantásticamente bien.
Me levanté y me fui al baño para darme una ducha, saqué mi pijama y me metí bajo el agua caliente que dejaba caer la alcachofa como si fuera lluvia consiguiendo que me relajase al instante. Al salir apliqué cremas desinflamatorias en los diferentes golpes y me fije que la herida del labio había mejorado, no mucho, pero no era lo del principio.
Bajé a desayunar algo pensando en que debería de haberme cambiado de instituto aun sabiendo que las consecuencias de tal acto hubieran sido nefastas para mi futuro, esa era la única razón por la cual decidí aguantar estos dos años de batxiller en ese instituto, por las puertas que te abrían por tan solo haber cursado allí. Pero bueno, este era mi último año y después ya me iría a la universidad. Mis padres tenían muchas ganas de que fuera a la universidad porque así ya no me tendrían en casa y podrían llevarse sus respectivos amantes sin problema.
Lo mejor es que hicimos un contrato legal que decía que yo me iría de casa y solo volvería por las fiestas de navidad, para hacer el papel de familia feliz y esas mierdas, a cambio, ellos pagaran en absoluto todos mis estudios, residencia y comida hasta que acabara mis estudios y encontrara un trabajo, para ellos no fue problema les sobraba el dinero así que aceptaron con gusto el trato.

Desayuné unas tortitas que había preparado Sara con mi café con leche, estaban realmente buenas. Cuando terminé me fui a la habitación, mi plan era el de no hacer absolutamente nada y eso hice me puse de nuevo en la cama tapada con la colcha y con el portátil, me dormí mirando la película "El circulo" realmente buena y que a la vez da algo de miedo pues te muestra sin censura alguna, hacia donde vamos con los grandes avances tecnológicos que hay en nuestra época y como dentro de poco la privacidad será un término nulo.
La mañana paso deprisa, durante el transcurso de la misma no solamente dormí si no también fui aplicando cremas especiales para que los golpes se recuperaran antes. La tarde no fue muy diferente volví a dormirme, hacia mucho que no dormía tantas horas seguidas y tengo que decir que es lo mejor del mundo, pero por desgracia mi sueño fue interrumpido por la voz de Sara la cual me decía que había un chico en la puerta preguntando por mí, asentí y ella se fue.
Quien puede querer verme, a mí, horribles pensamientos vinieron a mi mente, y si era Javier que había venido a darme más palos, bajé las escaleras temerosa y con mi ropa de ir por casa mi cara cambio al ver al chico de ojos verdes y radiante sonrisa que ayer había decidido por voluntad propia ayudarme a llegar hasta casa.
Era cierto que había dicho que vendría pero pensaba que lo decía en coña, además ya le había dicho ayer que no quería que viniese
-¿Que haces aquí? - pregunté seca, más de lo que quería
-Aun no se tu nombre- dijo con su sonrisa como si solo hubiera escuchado la pregunta pero no el tono en qué la pronuncié.

-Katty- dije seca - ¿que haces aquí?- volví a preguntar en el mismo tono

-He venido a verte - dijo aun con esa dichosa sonrisa

-¿Para qué?- seguí en el mismo tono

-Porque no todos los días uno tiene el placer de poder conocer a una chica hermosa-dijo acercándose a mi e hipnotizándome con sus verdes ojos, me sonroje ante su respuesta

-Ya bueno te habrás equivocado de casa y chica entonces, si quieres que te de una recomendación mi vecina del lado derecho es modelo y fácil, se llama Eva si quieres puedes ir. De seguro le vas a gustar - dicho esto le abrí la puerta principal para que se fuera ya que aunque era un chico realmente guapo, por ahora no me agradaba su compañía, me incomodaba.
-Ya has desinfectado bien esa herida- dijo señalando mi labio y pasando completamente de lo que yo le había dicho anteriormente -sigue teniendo muy mal aspecto- esta vez acarició la parte afectada me tensé y fruncí el ceño mientras le apartaba la mano de mi labio
-Estas incluso más bonita cuando te enfadas aunque no puedo compararlo con cuando estas contenta porque desde que te conocí siempre tienes cara de estar molesta-dijo sonriendo, si él supiese entendería el por que de mi cara amargada - pero me gustaría que sonrieras, ¿podrías hacerlo? - pero este chico era realmente raro enserio por que quería verme sonreír, algo no andaba bien por su cabeza eso lo tenía más que claro
-No- dije sin entender nada
-¿Y que debería hacer para que sonrieras?
-Irte- él hico una mueca pero su sonrisa no tardó en aparecer de nuevo
-Me las ingeniaré para que sonrías -dijo y acarició mi mejilla y dio un beso en la misma. Seguidamente se dirigió a la puerta principal
-Mañana volveré para ver como estas e intentar hacerte sonreír-dijo con una mirada sincera
-No te molestes no te voy a abrir -dije cortante
-Eso ya lo veremos- dijo guiñando un ojo, y dándome un beso en el dorso de la mano. Me sonroje por el inocente pero encantador gesto, el me lo devolvió con una sonrisa encantadora -por cierto me llamo Connor- dicho esto se fue.

Cerré la puerta y bufé al recordar sus intenciones de volver mañana, llevaba un día de maravilla hasta que llegó este pesado de Connor para romperlo.

-¿Quien era?- dijo en una sonrisa Sara

-Nadie

-Oh vamos Katty, no todo el mundo va guiñando ojos y besando manos sin ser nadie 

-Enserio Sara no es nadie

-Bueno vale si no me lo quieres contar ahora lo respeto pero solo te digo que tienes hasta mañana cuando vuelvas del colegio para contármelo- una descarga eléctrica recorrió mi espalda al escuchar la palabra "colegio", poniéndome los pelos de punta, mi mirada se volvió oscura

-Vale- dije seca y subí a mi habitación, se me había olvidado que mañana debía volver al sitio que más daño físico y mental me había causado, no quería ir, se estaba muy bien en casa donde nadie te pegaba, insultaba o simplemente te despreciaban, y ya lo se, mis padres me desprecian, pero no todos en la casa lo hacen, en cambio en el instituto ninguno se salva.

No bajé a cenar, no tenía hambre así que simplemente me volví a estirar en cama donde caí dormida, me desperté varias veces agitada por culpa de mis sueños pero conseguí dormirme hasta que me despertó el ruido del móvil indicándome que debía ir al lugar de todas mis pesadillas.



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Holaa chiquitos^^

Espero que les haya gustado mucho el capítulo :)

Ya sabéis que comentar y votar ayuda muchísimo

Un beso muy grande chiquitos^^

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