HORROR

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Abrí los ojos lentamente al oír la alarma del móvil, deseando que ese sonido fuera fruto de mi imaginación y que todavía me quedaran algunas horas más de sueño, pero no lo era. Estiré mis brazos y piernas aún estando dentro de la cama. Me levanté perezosamente y me di mi ducha rutinaria para poder despertarme del todo. Me vestí con ropa muy simple y maquillé mi ojerosa cara. Una vez lista bajé a la cocina para tomar mi desayuno preferido y me fui caminando a clase. Como no a medida que me acercaba a ese edificio, el edificio de todas y cada una de mis pesadillas, los nervios iban en aumento. Había analizado todas y cada una de las cosas que hoy podían pasar en el instituto y sinceramente me quitaba las ganas de ir o simplemente de seguir con mis estudios.

Cuando llegué vi a los grupos de amigos entrar todos tranquilamente sonriendo y hablando de sus temas, en ese momento deseé ser alguno de ellos, que podían ir tranquilamente al instituto y preocupados solo por los exámenes finales que estaban al caer. Como desearía tener solo esa preocupación.

Entré en el edificio y me dirigí a mi taquilla para sacar los libros, cuando los tuve cerré la taquilla para dirigirme a clase, mientras la cerraba noté la respiración de alguien en mi nuca.

-No sabes lo que se te viene encima anoréxica – dijo riendo la chica "alfa" del grupo ese de asquerosas. Ella se fue riendo hasta donde estaban sus amigas. Yo me quedé helada, ahora sí que tenía verdadero miedo. Fui corriendo hasta mi clase donde me senté en mi pupitre y pude ver como Bruno me lanzaba miradas que daban verdadero pánico. Intenté centrarme en las clases pero me era bastante imposible ya que sabía que la paliza tarde o temprano me caería y no sabía cuándo.

Me asustaba cada vez que sonaba el timbre del cambio de clase, pero aún me asuste más en el momento en que me di cuenta que era la hora del recreo, no sabía qué hacer, los nervios estaban a flor de piel y estaba petrificada en mi silla. Decidí recoger todo lo que tenía lo más rápido que pude y salí casi corriendo de clase, me di cuenta que en el momento en el que me levanté ellos se levantaron también, empecé a correr hasta los baños de las chicas donde me encerré en uno de esos pequeños retretes. Dejé la mochila en el suelo y me senté encima de la tapa del váter. "Es un lugar seguro ¿no?" me preguntaba todo el rato. Al ver que nadie me molestaba decidí sacar mi almuerzo y almorzar allí dentro.

Estuve encerrada allí todo el recreo y en cuanto sonó la alarma que indicaba la vuelta a clase me puse la mochila sobre los hombros, y fui caminando rápido hasta mi taquilla donde guardé los libros que no necesitaba y saqué los que si necesitaba. Cerré la taquilla y fui caminando rápido hacía clase. Cuando estuve a punto de llegar a la clase me encontré con que estaba todo el grupo de imbéciles justo delante de la puerta, empecé a sudar frío. Decidí ponerme por el medió de un grupo de chicas y chicos que no conocía, aunque iban a mi clase, para poder pasar a dentro. No funcionó de nada. Bruno me cogió del brazo y susurró.

-Te has librado por ahora, no tendrás tanta suerte después- dejó ir mi brazo de mala gana y él junto con su grupo de perritos falderos empezaron a reírse. Yo entré en clase temblando y me senté en mi sitio. Como siempre en estos momentos mi máximo temor era el timbre de fin de clases. No pude concentrarme, tenía en todo momento la mirada de Bruno clavada en mí, y me estaba poniendo de los nervios.

Cuando el timbré sonó no dudé ni un segundo en coger mi mochila y salir corriendo del instituto como si mi vida fuera en ello, que casi era el caso.

Corrí, corrí mucho especialmente en el momento en el que oí sus pasos detrás de mí. Estaba muy nerviosa y no sabía por dónde me estaba metiendo, no era muy bueno ir por allí no había nadie y daba un poco de miedo al ser todo edificios viejos y ruinosos, para mi mala suerte, de los nervios, tropecé al no ver un escalón y caí al suelo, me toqué la barbilla donde me hice una herida. Aturdida me levanté lo más rápido que pude, pero era tarde tenía Bruno justo delante de mí.

-Por favor, déjame tranquila- le supliqué – porque eres así conmigo nunca te he hecho nada- dije casi al borde del llanto. Él no contesto a mi comentario, simplemente esbozó una sonrisa maquiavélica y me empujo ferozmente acabando yo en el suelo. Me quejé por el dolor y cerré los ojos esperando la patada, llegó y me dolió muchísimo. La había dado justamente en el medio de la barriga. Del golpe me vinieron ganas de vomitar, de hecho escupí algo de sangre.

-Para por favor- dije llorando

-Esto es para que aprendas que a mí nadie me rechaza y menos una anoréxica y amargada como tú- me dio un puñetazo en la cara abriéndome una nueva herida en el labio. Otra patada en mis costillas hizo que me doblegara del dolor. Los golpes cesaron y él me cogió del cuello del jersey y me levantó y me puso contra la pared de cara a él.

-Espero que hayas aprendido la lección-asentí con la cabeza y me besó fuertemente dándome muchísimo asco. No me gustaban sus besos eran asqueroso quería los de Connor pausados y tiernos. Le seguí el juego aunque obviamente no quería. Cuando decidió que ya había tenido suficiente me dejó de la camisa.

-Eres una puta que lo sepas- dicho esto Bruno se fue y yo cogí mi mochila y me fui corriendo a casa llorando.

Estaba destrozada mental y físicamente. No sabía cómo reaccionar delante de esta situación, estaba aterrada. Si era capaz de hacer esto era posible que fuera capaz de llegar más lejos, en cuanto ese pensamiento cruzó mi mente me helé, y al instante intenté olvidar-lo, no lo conseguí se me había quedado gravado.

Llegué al fin a casa, en cuanto entré fui corriendo a mi cuarto donde me encerré como siempre y saqué el botiquín que tenía escondido en el armario y empecé a curar las heridas que me había hecho.





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Holaa chiquitos^^

Espero que les haya gustado mucho el capítulo :)

Ya sabéis que comentar y votar ayuda muchísimo

Un beso muy grande chiquitos^^ 

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