ME SIGUEN

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Estaba cabreada con mi padre era uno de los cabronazos más grandes que había conocido en mi vida y eso que había conocido a muchos, no podía más con él el desgraciado me había abierto un poco la herida del labio con el golpe, justo ahora que estaba a punto de curarse del todo.

-Desgraciado- dije mientras me miraba en el espejo para curar de nuevo la maldita herida.

Me tiré en la cama y por alguna razón aunque estaba cabreada con mi padre otro sentimiento era aún más fuerte y hacia que me olvidara de ese capullo. Mi cabeza no paró de dar vueltas y vueltas sobre todo lo que había ocurrido ese día; el bote de pintura en mi cabeza, el corte que ese bote me había hecho en la cabeza, pero en especial el salir por primera vez con alguien a tomar un chocolate, una experiencia inolvidable, la primera vez que alguien quería pasar tiempo conmigo sin estar obligado, realmente los milagros existían.

No quería salir de mi habitación así que le pedí a Sara que me llevará la cena a mi habitación. Comí tranquilamente la ensalada y la carne mientras miraba Vikings con una sonrisa tonta en mi cara. Me dormí con el portátil encima.

Me levanté al día siguiente para ir al instituto, no tenía ganas de ir pero era la única forma de poder terminar con todo de una vez. Cepillé mi pelo y lo puse hacia un lado para tapar un poco la venda y la herida que tenía en la cabeza, me vestí con unos pantalones algo ajustados y una sudadera gruesa y ancha. Bajé a desayunar y vi a mi padre sentado en la mesa de la cocina comiendo también, fui hacia él pues estaban las magdalenas y cogí un par para comerlas por el camino.

-Cielo al menos siéntate a comer, no vas tarde- dijo Sara amablemente

-Gracias Sara, pero no quiero comer con eso al lado – dije haciendo un movimiento con la cabeza señalando a aquel hombre. Dicho esto salí de casa, cogí una bocanada de aire, me puse los auriculares y caminé hasta llegar al instituto. Llegué al instituto y entré sin mirar a nadie, estaba en mi mundo simplemente concentrada en mis pensamientos, pero una voz me saco de estos.

-Katty al despacho del director, por favor - se escuchó por los megáfonos de todo el instituto. Gran parte de los alumnos se me quedó mirando, en especial un grupo que había en el fondo, los causantes de todas mis heridas. Caminé hacia el despacho del director, cuando llegué llamé a la puerta.

-Adelante- se escuchó a través de la puerta. Abrí la puerta y me encontré que había otra persona de espaldas, era Javier – Siéntase por favor- hice lo que me dijo me senté al lado de Javier que no me quitaba la mirada de encima. – Bien ahora que estamos los tres juntos, el señorito Javier tiene algo que decirle

-Siento mucho todo lo que ha pasado Katty, de verdad – mi cara fue de sorpresa

-¿Q-que?- dije sin palabras

-Me arrepiento mucho de lo que te hice y por eso he pedido ser expulsado como castigo al trato que recibiste por mi parte – no me estaba creyendo nada sus ojos me miraban desafiándome, estaba actuando <hijo de puta> pensé

-Mentiroso- dije seca y con rabia en la mirada. Javier sonrió de lado

-¿Cómo ha dicho?- preguntó sorprendido el director

-Que acepto sus disculpas- dije sin quitar la mirada de encima de Javier

-Como ha confesado y pedido perdón solo será expulsado tres días, señor Javier-

-Gracias señor – dijo con una falsa honestidad

-Ya podéis iros- me levanté rápidamente y me fui directa clase. Entré en esta y me senté en mi mesa. No podía parar de pensar en lo manipuladores que eran, sabían perfectamente que si alguien confesaba, el castigo seria mucho menor y no habría represalias como un expediente el cual podría fastidiar la entrada a la universidad.

La hora del almuerzo llegó y salimos todos del recinto, por mi parte me dirigí al árbol que siempre iba, al llegar pude ver que estaban los tres imbéciles, decidí dar media vuelta pero corrieron hacia mí y me alcanzaron.

-¿Dónde vas tan rápido?- preguntó Bruno agarrándome del brazo. Lo miré con miedo. – ¿Quién es ese tio?- no tenía ni idea de a quien se estaban refiriendo

-¿No sé de quien me estás hablando?- dije con algo de miedo, su agarre se volvió aún más fuerte – me haces daño- dije intentando quitarme sus manos de encima, pero no podía, solo conseguía que hiciera más fuerza.

-Con el que estabas ayer tomando un chocolate- dijo rabioso y con una mirada que daba miedo, se me paró el corazón

-Co-como sabe...- no me dejo terminar

-Deja de balbucear, te vimos y te seguimos- lo miré muy sorprendida

-Me seguisteis...- dije en voz baja. Esto ya era demasiado.

– ¿quién era ese tio?- dijo más cabreado

-No es nadie, solo un chico que conocí el otro día- dije con la mirada gacha

-¿Cómo se llama?- que más le daba a él el nombre de ese tio.

-Marcus- mentí, estaba a punto de llorar me estaba haciendo mucho daño.

-¿Marcus?, escúchame bien anorexia. Nunca nadie te va a querer porque eres una de las mierdas más grande de esta sociedad. ¡ENTIENDES! – dijo gritando yo asentí con la cabeza.

-Pero a ti que más te da si ha conocido a alguien- preguntó Esteban que estaba detrás, con los brazos cruzados.

-Porqué es mía- dijo con una increíble maldad en los ojos que hico callar a sus amigos e incluso que dieran un paso atrás - No quiero volver a verte con ese tio nunca más. ¡ME ENTIENDES!- asentí de nuevo mientras lloraba, me dejó el brazo de mala gana y luego me dio una patada en el pie que hizo que me desestabilizara y cayera dándome un buen golpe en la cabeza – esto es para que cale el mensaje- dijo mirándome directamente a los ojos. Dicho esto se fue seguido por sus dos perritos falderos. 

Gateé hasta llegar al árbol donde me senté y pude apoyar la espalda y la cabeza. Limpié las lágrimas de mis ojos y los cerré intentando tranquilizarme.

-¿Estás bien?- preguntó alguien a mi lado, abrí los ojos y ahí estaba Connor. Mierda que hacía este aquí si lo ven esos animales lo mataran.

-¿Qué haces aquí?- pregunté preocupada,

-Te he visto y quería saludar -dijo extrañado por mi comportamiento, se sentó a mi lado.

-Es mejor que te vayas – dije

-¿Porqué? Pareces preocupada- dijo

-Por favor- dije algo desesperada

-No quiero, quiero estar aquí contigo un rato

-Que tengo que hacer para que te vayas ahora

-Queda conmigo después de clase para tomar un chocolate

-No – dije seca

-Pues me quedo

- Vale pero yo elijo el sitio – dije bufando

-Te paso a buscar por la entrada de tu instituto

-No- dije otra vez- hemm... Mejor aquí donde el árbol ¿vale? – si era un buen lugar al que ir

-Vale – dijo alegre pero algo confundido –pues nos vemos luego preciosa- dijo y me dio un beso en la mejilla – ¿pero estas bien verdad?

-Sí pero vete- le di una falsa sonrisa y él se fue. Bufé– mierda donde le he metido –dije agobiada.



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Holaa chiquitos^^

Espero que les haya gustado mucho el capítulo :)

Ya sabéis que comentar y votar ayuda muchísimo

Un beso muy grande chiquitos^^

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