PISCINA

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Estaba estirada en mi cama mucho más tranquila aunque toda mi almohada estaba mojada de todas las lágrimas que había derramado. El sonido del timbre hizo que me levantara de la cama y saliera al balcón de mi habitación para poder ver quién era el que había llamado. Era Connor

-Mierda- dije en un susurro, con todo lo que había pasado hoy se me había olvidado que había quedado con él para el chocolate. Bajé medio corriendo las escaleras hasta llegar a la puerta principal de mi casa. Abrí la puerta y allí estaba con cara triste, normal le había dejado plantado y aunque mi escusa era buena sabía perfectamente que debía inventarme otra de buena para que no se enfadara conmigo.

-Connor- Dije en tono culpable, no me gustaba verle así- lo siento mucho de verdad, he tenido un día terrible y me dolía la cabeza, se me había olvidado que habíamos quedado – él dejó salir una pequeña sonrisa y automáticamente me sentí más feliz.

-No pasa nada ha sido un descuido, pero podrías haberme llamado o algo – dijo haciendo una pequeña mueca. Decidí lanzarme y hacerle yo un pequeño y suave beso. Él se quedó sorprendido de mi acción, pero siguió el beso.

-Está bien te perdono – dijo él sonriendo, yo sonreí. – ¿Quieres que vayamos igualmente a tomar alguna cosa?- me tensé, después de todo lo que había pasado esta mañana prefería que estuviéramos en un sito más privado, que nadie nos pudiera ver.

-¿Qué te parece si nos quedamos hoy en mi casa? Así si quieres nos podemos bañar en la piscina.- dije sonriendo, para mi suerte no había nadie en casa al menos durante unas horas

-¡Tienes piscina! – dijo extremadamente feliz, yo sonreí por su reacción – vale perfecto dame diez, quince minutos que voy a casa a por mí bañador y vuelvo- yo asentí y él se fue corriendo hacia su casa que no quedaba muy lejos. Entré en casa y subí a mi habitación para cambiarme, me puse el bañador y...

-Mierda – dije mirándome al espejo, tenía moratones no muy fuertes en las costillas y parte de las piernas de las anteriores palizas – no puede verme así – dije en tono desesperado. Cogí corriendo mi maquillaje, ya me había convertido en una experta, para estas ocasiones lo que hice es usar un maquillaje especial que me compré el cual es súper resistente al agua. Primero apliqué un corrector que era de color anaranjado para poder contrarrestar el color morado de los golpes y por encima el corrector con el tono de mi piel. Cuando tuve mi cuerpo maquillado me mire al espejo, parecía que nadie nunca me hubiera tocado.

Miré mi delgada figura en el espejo, no me gustaba mi cuerpo él era el motivo por el cual había tenido tantísimos problemas, "demasiado" delgada, un metabolismo demasiado rápido.

El timbré sonó, me puse unos pantalones cortos y un jersey de manga corta. Llegué a bajo y cuando abrí la puerta me encontré con un Connor sonriente con una pequeña mochila donde llevaba la toalla

-No sabes las ganas que tengo de tirarme con el calor que hace – dijo feliz

-Si yo también, pero una cosa dentro de unas dos horas llega mi padre y para entonces sería mejor que ya no estuvieras,- dije haciendo una pequeña mueca- ya sabes después de todo lo que paso- dije haciendo un suspiro, odiando aún más a mi padre en estos momentos.

-Claro- dijo sonriendo y dejando un pequeño beso en mi mejilla, yo sonreí. Él se tiro de cabeza a la piscina, mientras yo me sacaba la ropa para poder tirarme con él e intentar olvidar el terrible día que había vivido. Cuando me acabé de sacar toda la ropa Connor se me quedó mirando.

-¿Qué haces?- dije molesta

-Tienes un cuerpo precioso- dijo él sin sacar su mirada de mí

-La ironía te la puedes guardar- dije molesta, se estaba burlando de mí como todos por mi cuerpo, me tapé con la toalla. El salió del agua con cara de no entender nada

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