— No puede ser. —Suspiró— ¿Otra vez?
Asentí con mi mirada fija en Cameron aún. — ¿Scott te volvió a escribir? —Preguntó Nash confuso. Cameron rápidamente giró su rostro y lo miró mal.
— No... ésta vez fue por otro chico que conocí en el supermercado. Él estaba ahí y bueno. —Suspiré, Nash por otro lado rió y se sentó a mirarnos. El desgraciado, en vez de ayudarme con esta situación.
— Cameron, supongo que ya sabes que no voy a estar aquí todo el día esperando a que tu locura de celópata se te pase. Así que, sí no me vas a "Perdonar" a pesar de que no hice nada, entonces me voy. —Tomé mis cosas y caminé directo a la puerta, muy enojada. ¿Por qué mierda es tan celoso? ¿Por qué me encanta que sea así?
¡Estúpido masoquismo!
— Tres, dos, uno. —Oí a Nash contar riendo.
— ¡Ali! —Gritó Cameron luego de Nash decir "Uno". Nash rió y tomó un sorbo de su jugo. Cameron suspiró y se acercó a mí corriendo— Perdóname.
Suspiré y asentí. — ¿Sabes qué? —Me miró confuso— Evitemos toda la charla, sí te perdono. —Sonrió— Pero me voy a ir.
— ¿Por qué?
— Porque quiero ir a casa, y estar allá. ¿Será que me entiendes?
— ¿Estás en tus días verdad? —Habló Nash desde atrás. Éste desgraciado siempre interrumpiendo, y lo peor es que estaba en lo cierto. Lo miré mal y él rió.
— ¿Es eso? —Cameron rodeó sus brazos a mi alrededor, yo asentí y miré a otro lado— No tengas pena por decirme eso, preciosa. También convivo con dos mujeres. Y Sierra siempre es dramática cuando "eso" le llega. —Sonreí. Me despedí de él y encendí el auto para ir directo a casa.
Faltaban unas pocas cuadras para llegar a casa, pero el hambre se estaba apoderando de mí. Me cambié de dirección y conduje a una panadería.
¿Saben que es bueno?
Pan con café con leche.
Oh sí.
Me estacioné y bajé a toda prisa, ésta era una de mis panaderías favoritas. Aunque últimamente no había venido, quizás en meses. Entré y el olor a pan recién horneado iluminó mi rostro de la alegría.
Cómo amo ése olor.
Empecé a buscar mi tarjeta dentro de mi cartera mientras caminaba hacia la barra.
— Buenos días, ¿En qué puedo ayudarla...? ¿Alison? —Levanté mi mirada rápidamente para encontrarme al chico del cabello castaño claro, el chico de los ojos verdes. Y sí, estoy hablando de Theo— ¿Alison? —Preguntó de nuevo.
— ¿Theo? —Lo miré confusa— ¿Qué haces aquí?
Él miró a todos lados y rió. — ¿No es obvio? —Negué— Trabajo aquí.
Mierda. — ¿Qué? ¿Desde cuándo? Siempre vengo aquí y nunca te he visto.
— ¿Siempre? —Rió— Trabajo desde hace un mes.
Agh, bueno, ya estaba aquí. — Bien. —Suspiré— Me das dos panes dulces grandes, por favor. —Theo asintió sonriente y rápidamente fue en busca de ellos.
¿Por qué? ¡De todas las panaderías en Londres!
Pero bueno, nunca ignoren a los panaderos... Miren lo que pasó con Harry Styles. Y además está Peeta.
— Aquí tienes. —Me entregó los panes, aún con esa sonrisa arrogante pero dulce en su rostro.
— ¿Cuánto es?

ESTÁS LEYENDO
·La Guardaespaldas·
Fanfiction¿Se acuerdan la parte de la historia donde dice "Él era mi Guardaespaldas, y lo menos que pensé es que terminaría enamorada de él"? ¿Sí? Bueno, ésta no es una de esas historias. En éste caso, "El Guardaespaldas", no es él, soy yo. ¿Y saben qué es lo...