Capítulo 23.

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"Camina rápido, muévete, apresúrense" Eso es lo único que he podido oír en toda la mañana. Con decirles que ni siquiera he podido desayunar bien, pero los chicos están apresurados y la verdad no entiendo por qué.

— Alison come rápido. —Me dijo Jack J. Suspiró y se sentó conmigo.

— ¿Qué haces? ¿No deberías correr a arreglarte o algo así?

Rió. — Ya estoy listo.

Bufé. — Todavía no entiendo por qué tanta apuradera.

— No queremos llegar tarde.

Reí. — ¿Sí se acuerdan que el lugar del evento es aquí, verdad?

Jack sonreía, pero al instante en que dije eso su sonrisa se borró en menos de dos segundos. — Mierda. —Gruñó y salió corriendo. Supongo que estaban tan despistados que no recordaban eso.

Unos segundos después unas voces se hicieron presentes en la cocina, incluyendo rostros de chicos un poco cabreados. — ¡Vamos chicos! —Dijo Matt con cara de apenado— Leí mal.

Cameron rió y se acercó a mí depositando un beso en mis labios. — Hola, buenos días.

— Buenos para mí... para ustedes no tanto.

Rió. — Un pequeño... gran error de Matt.

Los chicos empezaron a murmurar unas cosas que yo no entendía, pero tampoco quería ser aquella chica que quiere escuchar las conversaciones ajenas de sus amores platónicos... pero sí, tenía curiosidad.

— Que hermosa estás. —Susurró Cameron cerca de mi oído provocando que mi corazón se acelerara y que los animales se despertaran en mi estómago.

— G-gr-gracias. —Sonreí nerviosa. Tanto tiempo con éste hombre y aún hace que me ponga nerviosa. Aunque estaba muy segura de que estaba vestida normal, mi jean negro, mi camisa blanca y mi chaqueta negra.

Sí, Patch vino y me vistió a su manera.

— Lástima. —Susurró de nuevo alejándose un poco de mí.

— ¿Lástima? —Lo miré curiosa— ¿Lástima qué?

Empezó a levantarse y se inclinó un poco hacia mi cara para quedar su boca apegada a mi oído. — Lástima que tenemos que irnos, porque sino arrancaría cada una de tus prendas y te haría mía justo aquí.

Mi desayuno de pronto me había dado mucha sed, mis ojos se abrieron como platos mientras lo observaba alejarse con su sonrisa arrogante.

¡Hazme tuya!

¡Mierda! Que hombre tan caliente, no puedo creer que haya dicho eso. Definitivamente que alguien prepare mi funeral, porque éste hombre me acaba de incinerar con tanta calentura.

Los chicos siguieron hablando normal mientras yo luchaba con mi cereal, una que otra vez Cameron volteaba a mirarme y me guiñaba un ojo. Por otro lado los chicos tenían una cara de preocupación que provocaba mi nerviosismo.

Una que otra vez pude notar que discutían entre ellos, algo estaban escondiendo y yo quería saber qué pasaba.

Horas más tarde los chicos habían terminado su Magcon de hoy, las cosas habían estado un poco tensas, aún sentía que había algo que no me estaban diciendo, y lo peor es que sentía que en parte tenía que ver conmigo, estoy noventa por ciento segura de que esto tenía que ver conmigo.

Una vez que volvimos al hotel los chicos se encerraron en la habitación de Cameron, de nuevo estaban hablando, de nuevo podía oír las voces de los chicos, hablando entre dientes, murmurando... pero no podía entender.

·La Guardaespaldas·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora