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Al día siguiente cuando desperté me sentí como una mierda total.
Me dolía la cabeza, sentía dolor en el cuerpo, no podía respirar y lo peor, me inunda ese sentimiento de vacío como si necesitara algo pero no sabes qué es.

Grito ante una punzada de dolor en mi muñeca y caigo de la cama.
Ésta en la gran desventaja de vivir sola: te puedes estar muriendo y nadie se entera.

Siento unos toques en la puerta.
Que oportuno. ¿Ahora quién es?
Como puedo salgo a rastras de mi habitación pero caigo como plasta al piso al notar que me quedo sin aire. En eso, la puerta deja de sonar y me quedo inmóvil.
Hay mucho silencio y sólo oigo mis vanos intentos por tomar aire. Cinco segundos después, siento un ruido proveniente de mi habitación y yo tirada bajo el marco de mi puerta como puedo volteo mi cabeza, y a pesar de que el sol haga que vea borrosamente puedo percibir su olor.

- ... Tae... - el corre hacia mí y me levanta del suelo para luego abrazarme.

Doy otro grito. Pero esta vez por el sorprendente alivio que sentí de golpe. No más dolor ni falta de aire.

- Lo siento preciosa, no me percaté de esto. Estaba muy contento por lo de ayer que yo ... hasta ahora que reacciono y corrí lo más rápido que pude... lo siento.... lo siento ____.

Me doy cuenta de su respiración agitada y me entran ganas de llorar.

- ¿Dolió mucho? - a continuación toma mi rostro con su mano derecha mientras que con la otra me mantiene unida a él - ¿te sientes mejor ahora?

Fue un infierno Tae pero, gracias a ti me siento bien. No sé como lo haces... pero te lo agradezco... fue tan ....

Mi cara se contrae y su cara de preocupación es más notable.
Me hala con él hasta la cama y me sienta en sus piernas.
Toma mi rostro está vez con las dos manos y coloca su frente contra la mía luego me besa.

No me esperaba esto pero se siente tan bien. Cierro los ojos mientras mi miedo y todas las preocupaciones que tenía desaparecen como si él se las llevara consigo.

Su beso es calido y suave, mientras no podía aguantar los deseos de más. Algo dentro a mí se urgía por algo más y sin poder controlarme paso mis brazos por su cuello y profundizo más el beso.

No sé que me sucede, es como si algo tomará control de mí. Sin embargo... No quiero que pare.

Mis manos bajan desde sus hombros hasta su pecho que sube y baja rápidamente y siento el fuerte y descontrolado latido de su corazón. Después de todo no soy la única que siente esto tan fuerte. Siento su piel erizarce ante mi toque y sonrío ante ello. Pero mi sonrisa se borra cuando me separa de él y sale disparado de la cama.

El comienza a dar vueltas por la habitación mientras como todo un demente toma sus lisos cabellos entre sus manos violentamente. Bajo mi mirada hasta la bragueta de su pantalón y lo noto... eso....
Me hace sonreír.

¿Fue mucho? ¿Lo provoqué demasiado?

Él me mira y sé que escuchó lo que pensé por lo que procede a bajar su mirada a su pantalón mientras maldice.

- No digas maldiciones Taehyung- tenía que decirlo alguna vez.

Trato de aguantar la risa pero es tarde. Ahora tirada en mi cama me revuelco como loca mientras mí risa llena toda la habitación.
Cierro los ojos ante el gracioso dolor de mi estómago y cuando abro los ojos para mirar en su dirección, no está.

¿Desapareció? ¿Tae.... ? ¿Te fuiste?

Me levanto de la cama y camino por la habitación.

¿Kim Tae Hyung?

No hay respuesta.
Salgo de la habitación y noto una luz encendida.
El baño.

No me jodas...

Me río en voz baja y caminado por el pasillo lo más sigiloso posible. Cuando llego a la puerta pongo mi oído contra ella. Siento el ruido del agua correr.
Me afirmo un poco más contra la puerta cuando esta de repente se abre y caigo de bruces sobre un cuerpo algo mojado.

Abro los ojos.
El también.
Miro sus labios.
El también lo hace.
Y cuando menos me doy cuenta ya nos estamos besando de nuevo.

Touch me, Kim Tae HyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora