-Tranquilo- levanté las manos mostrando la correa de Willy- estoy buscando a una persona que me dijeron que vive aquí, Bobby Singer- expliqué.
Él dudó pero bajó el arma.
-Para qué me buscas?- dijo más amable.
-Es complicado- hice una mueca.
-Bueno, que te parece si tomamos una cerveza y me cuentas que te trae por aquí- ofreció abriendo la puerta.
Lo seguí dentro de la casa. El lugar estaba muy descuidado por dentro, había libros por todos lados, y parecía que no lo habían limpiado en un tiempo.
Lo perdí de vista un segundo y apareció con dos cerveza sin abrir en la mano.
La abrí y di un sorbo largo. Bien, vamos.
-Y bien, ¿Qué te trae por aquí?- preguntó.
-Yo..- me detuve a pensar en cómo se lo iba a decir.
Saqué el diario viejo y se lo entregué.
Me miró y luego al diario. No pareció reconocerlo.
-¿Qué es?- dijo curioso.
-Ábrelo- dije conteniendo la respiración.
No dudó y lo tomó, abrió la tapa y me miró fijamente. Me puse más nerviosa. Solamente me miró fijó y luego volvió al diario. Lo vio todo. Y al terminarlo me miró fijamente.
-Cuando era pequeña le pregunté a mi madre por qué todos los de mi escuela tenían papá y yo no. Ella me dijo que mi papá me amaba pero que no me iba a ver crecer. Que de había ido para protegerla a ella y a mi. Pero me dijo que me había dejado un regalo. Un diario. Contando historias que ella me leía para dormir. Un día le pregunté su nombre, el de mi padre, y ella dijo Bobby Singer- dije despacio.
Su rostro comenzó a temblar y me miró como si no entendidas lo que veía.
-¿Candace?- dijo mirándome fijamente.
-Soy Candace- dije al borde del llanto.
Se levantó y salió por la puerta principal dejándome sola y desentendida. Me levanté e iba en camino a insultarlo gaste que un cuerpo robusto choca con el mío y me abraza. Tardé en reaccionar pero lo hice y le correspondí.
-Muchas gracias- dijo susurrando. Me soltó y me miró a los ojos, -así que sabés lo que hago- dijo pensativo- ¿Te gustaría aprender?- dijo con duda.
Reí, no creo que sepa como dirigirse a su hija.
-Claro, sería un placer-
Ese día mismo empezó mi entrenamiento y al cabo de unas semanas comenzamos a salir a cazar.
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Cruzando caminos(SamWinchester)
De Todo- ¿QUIÉN ANDA AHÍ? - ya no podía más con mi garganta, estaba muriendo de hambre, y de sed. Mi cuerpo duele. Mis manos están ardiendo. - Soy yo, cariñito, pasaste que me alejaría de ti? Nada, me oyes? Nada ni nadie podrá separarnos- dijo, y lo sigui...