Toda la estructura de André había cambiado de arena seca, a una muy blanda y húmeda, su superficie era perfecta para acoplar cualquier dibujo o señal que Miguel hiciese en él, pero antes de que Miguel se atreviese a dibujar algo; ambos sentían la necesidad de conocer la situación del hombre y el motivo de su depresión, para así, poder ser más asertivos en lo que quisieran transmitirle; fue una clara suerte que el hombre que se hallaba a punto de suicidarse, exclamara al cielo casi en lágrimas y con una voz quebrante las razones que André y Miguel necesitaban conocer; él hombre tenía un aspecto muy joven, parecía tener no más de treinta años, André y Miguel pudieron notar que el sujeto tenía una faz muy pintoresca, pero con una postura muy deprimente; el hombre finalmente exclamó al cielo:
"¿En qué momento dije que no quería amor en mi vida? ¡Ya no soporto más estar solo! ¿Qué es lo que tengo en mí?... ¡Nadie me quiere!... y nadie me acepta".
Las palabras eran claras, el desamor en este hombre lo era todo; André no podía asimilar esta situación del todo bien, pues recordó tener siempre, desde que hacía uso de razón, una fiel compañera a su lado; la imagen de Candry acompañándolo de la mano, o las horas interminables que pasaron juntos jugando en el cariño más inocente en aquel valle, recorrían por completo su memoria; solo sabía por palabras de su madre que es más fácil dar amor que recibirlo, y que para conseguir el amor, primeramente se debía estar en armonía con uno mismo. André le hizo saber estas palabras a Miguel, quien antes de intentar dibujar algo, le debatió a André que esto no era del todo cierto, pues a veces la armonía con uno mismo se consigue solo y cuando, se halla primeramente el amor verdadero. Ninguno de los dos parecía estar de acuerdo con el otro, no podían atreverse a señalar algo en que ninguno podía asimilar los sentimientos del hombre; y antes de que este se atreviese a saltar; Miguel en su desesperación dibujó con cinco líneas y un circulo, un hombre de palitos y cabeza circular; el dibujo de valor casi insignificante no pasaría desapercibido por nadie, pues el tamaño de dicho dibujo era impresionante, cualquiera que pasase por ahí podría visualizarlo con claridad. El hombre que se encontraba a un segundo de lanzarse, puso los dos pies en el suelo, pues unos trazos formándose a un costado de él, en el suelo de aquella montaña, habían llamado su atención; hace sólo un momento, este dibujo de un individuo no estaba ahí; había aparecido de la nada pensó. André y Miguel aprovecharon esta distracción del hombre con el dibujo, y pensaban en qué más debían dibujarle, pues esto no cambiaría su decisión para nada. Dejando la sabiduría de lado por la desesperación, André razonó de la forma más cutre, en que si el hombre sentía estar solo, Miguel debía dibujar una persona a su lado; Miguel sin ideas no refutó nada y así lo hizo, con otras cinco líneas y un círculo como cabeza, trazó otra persona justo al lado del dibujo inicial, y a ambas "personas" las unió con lo que aparentaban ser sus manos.
La lluvia aún permanecía casi cesante, mientras que el hombre visualizaba maravillado como era realizado cada trazo por una gran raíz proveniente del gran árbol que se encontraba justo al lado de la montaña en dónde estaba, el suceso le era casi un espectáculo, observaba en esa montaña la imagen de dos personas tomadas de la mano; el hecho era algo fantástico y sin dudarlo, pensó en que la vida le estaba dando una señal, aunque en su depresión, más que una señal, pensaba en que la naturaleza le estaba restregando su soledad en un sencillo dibujo; antes de que el hombre se diese tiempo para saber cómo reaccionar; André y Miguel continuaron pensando, esta vez con más lógica acerca de cuál sería el siguiente trazo...
- No es suficiente... - dijo André – debemos hacer algo más.
- Veo a dos personas unidas... - dijo Miguel – no sé qué más puede representar el amor entre dos personas.
- Lo sé, pero... - dijo André tratando de no entrar en el apuro -... date cuenta que debemos hacer cambiar de opinión al hombre, debe irse de aquí con otra perspectiva de la vida...
- Pero yo no soy un experto del romance – admitió Miguel – jamás tomé al amor como una prioridad en mi vida.
- Y yo...tuve la dicha de no sentir la ausencia de uno.
- Entonces ¿qué hacemos? – preguntó Miguel casi desesperado.
- ¡Par de idiotas! – se escuchó un grito del cielo – ¿es así como piensan resolver la situación? – era Valentina en sus últimas palabras antes de que desapareciera por un periodo de tiempo desconocido, pues su lluvia estaba culminando.
- ¡Valentina! – exclamó André - ¡qué suerte que aún estás aquí!
- ¡Por favor ayúdanos! – exclamó Miguel casi aliviado - dinos ¿Qué más podemos hacer?
- Ya lo he pensado... y si algo he aprendido de la soledad... - dijo Valentina con una voz exhausta y agonizante - ...es que no puedes forzar a que alguien llegue pronto y llene el vacío en ti, ya llegará alguien... mientras tanto sé feliz con lo que tienes y espera sin más a que una luz ilumine tu ser... ¡por que llegará!... es nuestro derecho en la vida... - la voz de Valentina se apagó por completo.
Con la paciencia del hombre casi agotándose, pues si bien el dibujo era muy peculiar, y el haber sido dibujado por un gran árbol lo hacía aún más, esto no cambiaba en nada su idea de desamor, solo estaba logrando retrasar su decisión de suicidio. André y Miguel comprendieron muy bien que el tamaño de la nube que formaba Valentina, ya era muy pequeño como para poder emitir una voz resonante, pero sus últimas palabras despertaron una lección de vida en André que probablemente jamás necesitaría, pero abarcaba muy lógicamente la situación de aquel hombre. André y Miguel supieron casi de inmediato lo que podrían plasmar en aquel dibujo con ayuda de dichas palabras: Miguel encerró a uno de los hombres dibujados en un gran corazón, dejando a la otra figura fuera de este, pero que aun permanecían sujetos de las manos, y por sugerencia de André, finalmente encerró toda la figura en un corazón inmenso, tratando de emitir un mensaje que, sin importar la perspectiva que el hombre le diese, debía transmitir el mismo ideal:
Si el hombre se identificaba con el sujeto sin el corazón inicial, debería saber que alguien con mucho amor para dar, llegaría a él, para finalmente dar como resultado, un amor inmenso donde nada escaparía de este. Pero, si el hombre tenía una perspectiva diferente, y se identificaba con el sujeto encerrado en el corazón más pequeño, sabría que lo que el dibujo daba a entender originalmente, era que él debería tener antes que nada, amor consigo mismo, para finalmente, recibir a una persona que llegaría a él y dar como fruto, un amor inmenso donde nada escaparía de este.
El hombre había estado observando atónitamente como el dibujo se iba formando gracias a las raíces de aquel gran árbol, y finalizado dicho espectáculo, el tipo cayó sentado por lo magnífico del momento; el dibujo hecho por Miguel, no era precisamente una obra de arte, era el hecho del mensaje que la naturaleza le había transmitido a este hombre lo que lo hacía tan especial; este último permaneció en silencio y absorto durante varios minutos, mientras que André y Miguel rezaban con entusiasmo que dicho esfuerzo haya valido la pena. Finalmente Valentina desapareció, y el cielo volvió a brillar con los prudentes rayos del sol, dando una hermosa capa celeste sobre aquel hombre, cuyo rostro iba dibujando una gran sonrisa. El hombre secándose las lágrimas, había logrado captar la esencia del mensaje, y poniéndose de pie y con los brazos estirados, exclamó un agradecimiento al cielo; tomó un fuerte respiro de alivio que indicaba paz interior, por último dio media vuelta y regresó por donde había llegado dando un último vistazo a aquel dibujo en la montaña.
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Más allá de la Vida // (1ra Parte)
FantasyNarra las trágicas adversidades de un pequeño diez-añero llamado André, quien lleva una vida de campo junto a su madre en un aislado valle. Tras una lluvia continua de tragedias en el que llega a perderlo todo, descubrirá junto con ello un hecho t...