Capítulo 11: Dulce pecado

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Camila estaba en la habitación de Ally, decidieron que sería buena idea dejarla a solas, para que pudiera hablar con sus padres, Lauren estaba en la cocina de la casa de su nueva amiga, Ally estaba horneando galletas, mientras la chica más alta estaba sentada en frente de la mesa de granito de la cocina.

- Camila se ve tan feliz... - Dijo Ally, mientras revolvía la mezcla de las galletas. -Sí, no tienes idea de lo mucho que ella deseaba encontrarlos – Dijo Lauren mirando sus manos entrelazadas en el mesón. – Lauren... con lo que dije en la habitación hace un rato... lo siento mucho, no sabía que tus padres... - Dijo La chica menor con tristeza. – No te preocupes, no tienes por qué sentirte mal, paso hace mucho – Dijo Lauren.

Ally puso mantequilla en una bandeja para luego poner la masa de sus galletas. – ¿Puedo preguntar que paso con ellos? – Pregunto Ally, poniendo sus galletas en el horno pre-calentado, se sentó frente a Lauren y la miro a los ojos. -Claro... bueno, yo no recuerdo mucho, solo sé que en el departamento que vivíamos, comenzó un incendio... yo tenía 5 años, los bomberos me sacaron del lugar... pero mis padres quedaron atrapados y bueno... ellos murieron.

Lo que me hace sentir un poco mejor es que se quedaron dormidos por la falta de oxígeno, el humo los durmió, saber que tus padres se quemaron vivos es lo peor, al menos yo puedo decir que estaban dormidos... después de eso, me dejaron en un orfanato, como no teníamos parientes aquí en Miami, me tuve que quedar... nadie me adopto, la verdad es que era una niña algo rebelde... me quede en el orfanato hasta los 18 – Termino Lauren de contar su historia.

Ally tenía los ojos llenos de lágrimas, se acercó a Lauren y la abrazo, ella correspondió el abrazo. – Es increíble por todo lo que han tenido que pasar... Camila y tu... realmente me siento mal, porque yo he tenido una buena familia, un hogar... -Ally comenzó a llorar y Lauren solo la abrazo.

– Tranquila ¿sí? No es tu culpa y no tienes que sentirte mal... te agradecemos muchísimo por la ayuda que nos están dando, te agradecemos a ti y a tu padre, sin ustedes estaríamos en la calle y Camila nunca hubiera encontrado a sus padres – Dijo Lauren, causando una sonrisa en el rostro de la chica más baja.

Sintieron unos pasos, Camila se acercaba a ellas, tenía los ojos hinchados y rojos, aun tenía el rastro de sus lágrimas, Lauren abrió sus brazos y esta no dudo en aceptar las caricias de su novia. - ¿Qué tal todo? – Pregunto Lauren. – Bien...les conté todo...dejé salir todo lo que siempre quise decirles – Dijo Camila más relajada. - ¿Todo?... eso significa ¿todo? – Pregunto Lauren. – Así es, les conté sobre Marcus, todo lo que he pasado... sobre ti... - Dijo Camila mirando los ojos esmeralda de su novia. - ¿Qué dijeron? – Pregunto preocupada la chica mayor.

– No mucho... deben procesar todo... es mucha información por un día ¿no lo creer? ... ellos se sintieron muy mal por saber que todo este tiempo había sido tratada como una prostituta, al principio no podía mirarlos a los ojos, pero dijeron que no fue mi culpa...ellos siguen en Cuba, yo no puedo regresarme, no tengo pasaporte ni dinero, ellos buscaran la manera de reencontrarnos – Explico Camila a ambas chicas que la miraban atentas.

-Bueno, si quieres hablar con ellos, puedes venir cuando quieras, me alegro tanto que los hayas visto Camila – Dijo Ally con una sonrisa.

Los padres de Camila al escuchar la horrible historia de cómo su pequeña hija había sido raptada para convertirse en prostituta, les rompió el corazón, saber que tuvo que crecer tan rápido los desespero, Alejandro solo quería matar al bastardo que le hizo eso a su hijita. Todos estos años, habían pensado que su hija podía estar muerta, pero saber que estaba viva, les devolvió la alegría, pero más importante saber que había escapado de ese lugar infernal, los hacía sentir más tranquilos.

Run Away With MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora