El destino nos unió (Sam Evans y tú)

Adiós Sam

Sam abandonó la habitación sin decir ni una palabra. Cuando salió cerró la puerta y no pude evitar llorar.
Seguía llorando y seguía escuchando como se despedían de ellos. ¿De verdad estaba pasando? En el fondo no quería que se fuese. Todo a terminado, se va, se va a casar con Rachel.
¿Estoy llorando por él?
La puerta se abrió. Y apareció Santana para adentrarse a la habitación y sentarse a mi lado, mientras yo estaba recostada en la cama.

- Uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde.- Dijo.

- Ya vale Santana.

- No lo digo por ti. Lo digo por él. Que te apuestas a que vuelve y sin Rachel.

- ¿Porque lo iba hacer?

- No sé que conversaciones habéis tenido pero muy orgulloso no estaba.

- No estaba orgulloso de una cosa que le he dicho. Pero si está orgulloso de casarse con Rachel. Una cosa no quita la otra.

- Bueno no tienes porque torturarte, seguro que volverá y estoy cien por cien segura. Mientras, no te quedes parada por alguien y vive la vida. No estés encerrada aquí para siempre por una cosa. En la vida no se vive solo una cosa, se viven varias. Y tú has de vivirlas y no darle tanta importancia para estar siempre encerrada.

- En fin, te odio. Siempre has de tener la razon o que?

- Sí. Ahora si me disculpas me voy.

- Encantada.

La odio tanto. Porque tenia que tener siempre razón. Santana tiene razón no tengo porque quedarme en casa por una persona, yo valgo más y soy humana él está viviendo su vida porque yo no podría. Le estoy dando mas razones para ser más fuerte. Lo que si que se sabia que no iba a volver pero me da igual porque tengo una vida y he de hacerla con o sin él