Después de nuestra pequeña aventura en el coche fuímos a su casa. Sus padres no estaban ya que habían salido el fin de semana por su aniversario, así que cuando subimos todo estaba desierto. Su hermana por ejemplo había ido a casa de su tía. Fuimos directos a su habitación y acordamos que me quedaría ahí a dormir, puesto que yo en mi casa ya había avisado de que me quedaría a dormir en casa de una amiga. En cuanto llegué, me tiré en la cama y lo miré.
- Te debo una ¿no? -dije mirándole con un tono humorístico.
- ¿Por qué? -dijó mientras se quitaba los zapatos y los pantalones para ponerse cómodo.
- Porque antes solo he disfrutado yo y tu amigo se ha quedado con las ganas. -dije levantándome mientras se quitaba la camiseta y lo abracé por detrás notando su cuerpo caliente contra el mío.
- Es cierto que mi amigo está a cien con sólo recordar como gemías y lo bien que sabías, pero cuando lo hagamos quiero hacerlo porque quieras, no porque sientas que me debas algo. -se giró en mis brazos y me rodeó él con los suyos.
- Pero es que... Tengo ganas de más. -dije mirando algo avergonzada a su pecho por mi confesión.
- Entonces... -se acercó a mi oído y me susurró- ¿A qué esperamos?
Sonreí notando como empezaba a dar besos por mi cuello y bajaba las manos para quitarme el vestido poco a poco. Lo hacia lento, despacio, para no agobiarme, algo que le agradecía.

ESTÁS LEYENDO
Crush
RomanceCuando eres solo la típica chica de secundaria que a menudo hace el ridículo, pero que a la vez, se divierte con sus amigas, no tienes nada que destacar sobre ti. Está chica ni siquiera tiene novio pero desde que empezó su antepenúltimo curso del i...