Ya eran las cuatro de la mañana y la gente se estaba yendo, así que Alex y yo decidimos irnos también. Salimos fuera del recinto de la fiesta dirigiéndonos hacia donde estaba su coche. Hacía un frío horrible para ser mediados de octubre, por lo que enseguida me puse a temblar, pero no dije nada solo me crucé de brazos para entrar en calor. No quería parecer una llorica. Llegamos a su coche y me sorprendió verlo sacar un cigarro para después ponerlo entre sus carnosos labios, no habría intuido nunca que él fuera fumador. Se dio cuenta que lo miraba así que se acercó hasta mí, que me encontraba en la puerta del copiloto apoyada y se puso junto a mí.
- ¿Te importa que fume un cigarrillo? -dijo mirándome y quitándoselo de los labios.
- No tranquilo, puedes fumártelo. -sonreí leve. Él volvió a ponerse el cigarro entre sus labios y encendiéndolo para empezar a fumar. Me volvió a mirar.
- ¿Tienes frío? -pronunció intentando esconder una sonrisa burlona.
- Em... bueno, un poco. -dije dudosa- Pero estoy bien.
- Anda ven. -abrió su chaqueta dejándose el cigarro en la boca.
- Alex, no hace falta. -dije nerviosa.
Él tiró un poco de mí haciendo que chocara con su pecho. En ese momento, agradecí que estuviera oscuro porque seguro que estaba como un tomate. Me mordí el labio tragándome mi vergüenza y rodeé su tronco con mis brazos recibiendo el calor que emanaba. Era más usual que me ofreciera la chaqueta, pero abrazándole también se había pasado el frío en unos instantes.
- ¿A que así estás mejor? -dice soltando el humo sonriendo de lado. Jodidamente sexy.
- La verdad es que sí. Calentito estás. -río, aunque luego caigo en lo que he dicho- Aunque claro, debes estarlo, el ser humano está diseñado para estar a 36 grados de media. - ¿por qué no podría simplemente callarme.
- O a lo mejor me estarás poniendo tú caliente con ese escote... ¿No te han dicho que las chicas de tu edad no llevan ese escote? -dice divertido para meterse conmigo.
- Oye, tengo dos años menos que tú, no te creas tan machito y aunque fuera más pequeña, mi cuerpo es mío y yo decido sobre él. -dije separándome de él para mirarlo mejor- Por otro lado, está lo de que no tengo porque hacer lo que hacen las chicas de mi edad.
- Eso desde luego, porque tampoco es que las chicas de tu edad tengan tus dotes. Ni siquiera las de mi edad. -dice mirándome el escote unos segundos a lo que yo lo miré un poco mal- Venga, sólo era broma. Lo siento.
Inmediatamente, me subí hasta arriba el cierre de la chaqueta haciendo que él emitiera un sonido de queja. Iba demasiado borracho y decía tonterías. Yo negué con la cabeza mientras él sonreía y tiraba el cigarrillo ya apagado. Sabía que me había molestado, pero también lo había hecho adrede.
- Vamos, a este paso te vas a congelar. -dice y abrió el coche.
Me monté en el coche y él hizo lo mismo. El camino fue callado, solo se oía la música de fondo y unas pocas palabras que cruzamos cuando le decía dónde vivía.
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Crush
RomanceCuando eres solo la típica chica de secundaria que a menudo hace el ridículo, pero que a la vez, se divierte con sus amigas, no tienes nada que destacar sobre ti. Está chica ni siquiera tiene novio pero desde que empezó su antepenúltimo curso del i...