Cap. 17

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Intentaba separarlos a gritos, intentando con mis escarmientos llamar su atención para que así dejaran de herirse, pero no lo hacían y si me metía yo entre medio de los dos me llevaría el mayor golpe de la historia porque siendo sinceros, los dos tenían unos bíceps que tumbarían a un gorila. Por suerte, un amigo de Alex del cual no se me el nombre, lo cogió separándolo y yo me las apañé, empuje del pecho a Cameron echándolo atrás como pude.

- ¡Vas a tener que elegir tarde o temprano y más vale que sea temprano, Gema! -dijo Alex gritando por detrás muy cabreado. Lo único que puede verle fue un hilillo de sangre que bajaba por su ceja.

- Por favor vete... -le susurré a Cam, lo último que quería hacer ahora era irme con él.

- Vienes conmigo. -dijo el mirándome seguro mientras se quitaba un poco de sangre de su nariz.

- Nos vemos en casa, pero por favor vete. Te lo ruego. -lo miré y después salí de lo que quedaba de círculo con la mirada baja. Esto era una vergüenza.

Fui a casa andando sola. No quería pensar en nada porque todo iba de mal en peor. Mañana todo el instituto iba a estar hablando sobre la pelea de después de clases y yo estaba involucrada en ella, involucrada no sería la palabra, sino en medio. Me hallaba en medio de una pelea en la que yo era la razón, como si los dos quisieran tener la razón a base de actos troglodita. Lo peor sería ahora, llegar a casa porque necesitaba una explicación de cómo habían empezado la pelea.

🔪🔪🔪

Llegué a casa después de haber intentado llegar lo más tarde posible, de hecho había dado un buen rodeo por el vecindario. En toda la casa solo se oían ruidos de la cocina. Me asome mirando a Nico hacer la comida. Él me sonrió cálidamente, por lo menos él ayudaba dentro de este caos. Se acercó a mí a la vez que se limpiaba las manos con un trapo, para darme un abrazo que de verdad necesitaba. Me dio un beso en la frente.

- Sube arriba y ayuda a Cam, no sé por qué, pero ha llegado hecho unos zorros y no quiero ni saber que le ha pasado.

Asentí y subí inmediatamente yendo al baño donde sabía que iba a estar. Abrí la puerta viéndolo sin camiseta y secandose la cara con una toalla. En el lavabo tenía el botiquín así que me acerqué para coger algodón y agua oxigenada.

- Siéntate y déjame que te curé. -dije con una leve sonrisa para intentar que la situación no fuera tan tensa. Él sonrió leve y se sentó en el inodoro que estaba con la tapa cerrada. Yo me puse enfrente suyo empezando a curarle algunas heridas que tenía esparcidas por el rostro.

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