•» Alquiler De Amor «• Terminado

•» Capítulo Treinta y dos «•

Maïa miró aquella revista, para ella era la humillación completa,  lágrimas caían sin parar,  el móvil de ella sonaba y sonaba sin cansancio, sabia que se trataba de Dylan.  El móvil volvió a sonar, ella vio en la pantalla de su teléfono inteligente,  si lo afirmaba era Dylan.  Sin pensarlo ella contesto la llamada tomando la revista .

- Magnate empresario se le vio el día domingo pasado las 2 de la mañana, con la guapa modelo Caitlin Fritz,  se les vio ingresando al hotel de 5 estrellas Golden.  Podemos decir acaso que el compromiso con la hija del importante empresario alemán Taylor Pierce ¿ya se acabo? Recordemos que Maïa Pierce y Dylan Miller tiene una hija de aproximadamente 4 meses de nacida. ¿tal vez Dylan Miller esta engañando a su prometida?.- suspiró.  - ¿deseas que siga leyendo el humillante artículo que presenta la revista?  Digo para que te informes.

- Maïa  amor escúchame.  – dijo con Voz arrepentida. – fue un…


- Un que Dylan, un error si,  un error fue aceptarte volver contigo,  te metiste con Caitlin, jamás,  escúchame bien  jamás te perdonare, me iré a Alemania con Mía.  viviré con mis padres, me iré después del matrimonio de Marcus  en el transcurso no te quiero ver, verá  a tu hija con su nana solo 2 horas. 

La castaña estaba lista para aquella sesión fotográfica,  Sophie estaba con ella maquillandola para que no se le notara sus ojeras,  y alli la vieron pasar,  llevaba un vestido corto que formaba muy bien su cuerpo,  aquella mujer era una bomba al caminar.  Maïa sin pensar se levantó de su asiento caminando hacia Caitlin, le cerro el paso y ante la sorpresa de todos una sonora bofetada cayó en el rostro de aquella rubia. Todos allí viraron a ver ese enfrentamiento,  todos susurraban, todos hablaban pero nadie se acercaba. 

- Esa cachetada es poco a lo que tu te mereces. – dijo Maïa. – te dije que no te metieras con mi familia y lo hiciste,  no eres mas que una pobre y triste infeliz.  – se acerco a ella a su oído.  – voy a hacer tu perro vida  el verdadero infierno Caitlin fe metiste con la persona equivocada 

- ¿¡Tu crees que  a mi me importa!? – sonrió Caitlin. – Si tu novio te engaño conmigo es por que soy mas mujer que tu,  Maïa mírame -dijo ella. – no compares a una mujer como lo soy yo,  con una niña que eres tu.

- Lo que tu eres,  es ser peor… -callo Sophie  al ver a su amiga poniéndose entre las dos.

- ¡Basta! – dijo la jefa de esa firma.  – Caitlin sabias muy bien que una de las reglas en mi firma y en la que tu eres patrocinada es que no estés involucrada en ningún escándalo,  por lo que las firmas al cual prestabas tu rostro decidieron disolver el contrato que tenían contigo, el escándalo en el que  estas envuelta  es muy grave,  así que no trates de pedir trabajo alguno.  No te lo darán.  – Tomo la mano de Maïa.  – querida ahora tu eres el rostro de esta firma,  debes pasar por aquí por favor.

- Pero… - hablo Caitlin sin salir del asombro.

Maïa se soltó del agarre y camino hacia Caitlin tomandola del cabello escuchando su quejido. 

- Haré que te retuerzas  como la insignificante cucaracha  que eres,  por que eres una asquerosa cucaracha.
- Pero me quede con Dylan. – dijo Caitlin  y Maïa soltó su cabello tirándola al piso. 
- Quédatelo,  veamos cuanto te dura.  – sonrió Maïa.  – yo me quede con tu trabajo. Ahora lárgate.

~
Dylan recibió un fuerte golpe en el rostro proveniente del puño de su cuñado,  sintió como la sangre salia de su pómulo.  Otro golpe lo dejo sin aire y otro golpe rompió su labio.  El solo sonrió. 
- Eres un hijo de perra Dylan Miller.  ¿Qué carajos te hizo mi hermana para que la traiciones así?
- ¡Me equivoque bien! Me gano la calentura.  – dijo Dylan. 
- Vete al infierno Dylan.  – dijo Travis. – Te quitare a tu hija y no la volverás a ver .
- ¡Con Mia no te metas infeliz! – Dijo Dylan.- que soy capaz de quitarle mi hija a Maïa.
- Inténtalo.  – respondió Travis cerrando fuerte aquella puerta. 

~
Maïa miraba dormir a su hija en su cuna,  todo el lugar era nuevo,  había alquilado un departamento para ella, su hija,  su madre y su amiga estaban con la castaña,  Dylan aun la llamaba pero ella simplemente no respondia a ningún llamado. 

1 mes después…
Ha pasado un mes desde que Maïa había terminado con Dylan. Ella no sabia nada de el,  y Dylan simplemente veía a su hija sin que ella este en su departamento. 

El móvil de Maïa sonó recibiendo el mensaje,  desbloqueo el celular al darse cuenta que su ex cuñado fue el que escribió.
“Hermosa ¿como estas? He vuelto de Dubai y bueno estuve viendo la casa y encontré algunas cosas de ti y de Mía,  no se si es que quieras recogerlo,  Dylan no para en la casa,  aparte solo viene en la noche,  si no estoy me esperas,  quiero verte y ver a mi sobrina.” – Trevor Miller.
La castaña se vistió con un pantalón apretado y una blusa que dejaba la espalda descubierta, los tacones altos la estilizaban mucho más de lo que ya era,  vistió a su hija, con un adorable vestido blanco, sus cabellos rubios eran sujetados por una vincha con una flor.  Enrumbo hasta la casa de los Miller,  ella aun tenia la llave de aquel sitio. 
Entro, entro a aquella casa,  donde le traía los más agridulces  momentos,  los recuerdos no le hicieron favor a Dylan. Ella recordaba lo guapo que era, pero recordaba lo que le hizo.  Camino junto con su hija hasta el cuarto donde dormía,  y allí ella se recostó en aquella cama,  los ojos se llenaron de lágrimas,  amaba mucho a Dylan,  pero ella estaba destrozada.  La puerta se abrió y ella vio aquel hombre que le quitaba la respiración, estaba su amor parado mirándola sorprendido.
- Lo siento. – dijo ella.  – estuve esperando a Trevor pero ya me voy. 
- No Maïa quédate.  – dijo Dylan tomando su mano.  – hablemos
La castaña se había ido de aquella casa sin ver a Dylan y el entendió que ella no quería  verlo para nada y respeto su decisión,  pero el aun amaba a su diosa de aquellos ojos plomos. 
- ¿De que podemos hablar tu y yo?.- dijo Maïa. – de que me engañaste,  si de eso.  De como me destrozaste,  de como me humillaste,  y de como sigue revolcandote con esa perra,  no digas que me amas Dylan, dime la verdad,  dime por que lo hiciste, por que me lastimaste,  yo hubiera luchado por los dos,  yo tenía amor para los dos,  pero fuiste cobarde. 
- Maïa se que no me creerás,  y estas en toda tu razón,  pero de verdad te amo.  – dijo Dylan. 
- Eso no te lo creo,  solo sabes lastimar.  ¿Qué tiene Caitlin que no tenga yo?  ¿Te hace el amor mejor que yo? Así como se Revuelca contigo,  se revuelca con miles de hombres.  -  saco del  su bolso aquel anillo que el le entrego como compromiso de matrimonio.  – esto es una mentira,  todo fue una mentira y lo sabes muy bien.  Tu me dejaste de amar,  yo hubiera luchado por los dos,  pense que era tu mujer,  tu amante,  tu compañera y tu amiga.  Pero ahora soy nada,  gracias a ti.  No sabes cuanto me cuesta cada noche dormir y no pensar en que estas ahora o en esta cama o en cualquier otra cama revolcandote con Caitlin.  Y que a mi me hayas dejado a un lado, como si yo hubiera sigo algo que solo usas. 
- Maïa,  si cometí un error bien,  pero te amo de verdad.  – dijo Dylan.
- Eso no es amor ni aquí ni en donde. – dijo Maïa.  – tristemente  te amo aun.  Pero como tu estas haciendo tu vida yo también lo haré,  - sonrió – haré mi vida,  saldré con chicos,  conoceré a más gente. Y tal ves me enamore de alguien que me ame de verdad. 
- Eso no te lo permitiré Maïa – negó Dylan- Tu lo haces y te quito a mi hija. 
- Inténtalo, que el que tiene para perder eres tu.  – amenazó Maïa. 
- Te quitare a Mía.  – amenazó Dylan. 
- Me canse de tu falta de querer Dylan.  – dijo cargando a su hija y saliendo de aquel lugar.  – se feliz con Caitlin ambos son tal para cual.