Capítulo 3 | Promesa rota

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¿Qué está sucediendo?

Es la pregunta que viene a mi mente, cuando al entrar con Dave todas las miradas caen sobre nosotros, esto no es usual y estoy muriendo de miedo, todos han notado mi presencia.

A Dave le tiemblan las manos mientras nos mantenemos cerca de la puerta, es lógico, él también es invisible y luce tan aterrorizado como yo.

Respiro profundamente y me dirijo al pupitre del fondo, al llegar noto que dos de mis compañeras de clase me están mirando, yo bajo la mirada para evadirlas, al mismo tiempo recuerdo a Dave y eso me hace levantar la vista nuevamente sólo para observarlo.

—Pasa amigo, vamos preséntate, no seas tímido —dijo el profesor de matemática.

Dave comenzó a tartamudear y aun desde mi pupitre me sentí preocupada por él; seguido me miró y le sonreí para transmitirle un poco de seguridad.

—Soy Dave Simpson.

—¡Bienvenido Dave! ¿De dónde eres?

—Vengo de Hawaii, Honolulu para ser exacto.

—¡Aloha! —exclama el señor Williams con la desbordante alegría que lo caracteriza.

—Em —dijo— ¿Puedo ir a mi pupitre?

—Claro, yo soy Mike Williams y seré tu profesor de matemática, bienvenido al salón 4-A, siéntate al lado de… ¡Tú! la pelirroja —me señaló—. Creo que olvidé tu nombre.

—Soy Diana.

—Oh sí, disculpa Diana, de repente te volviste invisible en mi memoria.

No lo entiendo, todos mis compañeros de clase me miran de nuevo y el profesor también se ha acordado de mi existencia, sin duda este día es raro.

—¿Qué tanto piensas? —preguntó Dave al sentarse en el pupitre de al lado.

—Es raro, de repente todos notan que estoy aquí.

—Sabes Diana, también es extraño para mí, nunca en mi vida había sido el centro de atención.

—Lo mismo digo pero bueno —suspiré— tenemos una promesa, eso podría salvarnos.

—Jamás se romperá esa promesa, tenlo por seguro Diana.

—¡Todos guarden silencio! necesito comenzar la clase, bien, así está mejor, hoy tengo algo especial para ustedes. El director de la secundaria está implementando una medida para fomentar la convivencia, crear lazos de amistad y otras cosas cursis. Yo no estoy de acuerdo con esa medida, me parece algo forzado, pero debo llevarla a cabo, ¿Por qué lo hago? bueno, necesito mi salario de cada mes —vaciló el profesor.

Tuve un mal presentimiento cuando el señor Williams dijo la palabra “Convivencia”

Soy pésima para socializar, además no me interesa, soy feliz siendo invisible; bueno, casi invisible ahora.

—A cada uno se le asignará un compañero o compañera, con esa persona deben realizar las tareas, estudiar juntos, sentarse a su lado en todas las clases, en fin, deben convivir con esa persona. Elegiré sus compañeros al azar con esta aplicación en mi teléfono, ya están todos en la lista, incluido el chico nuevo de Hawaii, no te salvarás amigo —vaciló y Dave respondió con una sonrisa.

El profesor comenzó a formar las parejas, mis piernas temblaban y quise salir corriendo. Dave se puso las manos sobre su frente y su piel semibronceada se tornó pálida.

En medio de la tensión puse mi mano en el antebrazo de Dave sin darme cuenta, él de inmediato reaccionó de forma amable, afortunadamente.

—No temas Diana, tenemos una promesa.

La invisible del violínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora