Capítulo 5 | El primero

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La puerta de mi habitación se abre, mamá ha llegado, y de seguro está pensando que hablo sola.

—¿Con quién hablas?

—Em —dije— mamá, estás aquí.

—Sí, escucha Diana, el que te definas a ti misma como invisible, ya se está saliendo de control, ahora hablas sola, me preocupas hija.

—No estoy conversando con alguien imaginario, sólo hablo con Dave.

—Esto es grave, llamaré a tu psicóloga.

—¡Mamá! estoy hablando con un chico, te digo la verdad.

—Buenas tardes señora Sullivan —dijo Dave desde el otro lado de la pared, mamá se sorprendió al instante.

—¡Oh! vaya ¿Quién eres?

—Mucho gusto, soy Dave Simpson, su nuevo vecino.

—Bien, ¿Cuántos años tienes Dave? —pregunta mamá preocupada, ella es algo sobreprotectora.

—Dieciséis.

Mamá no responde nada y comienza a hacerme señas de aprobación, también salta de alegría porque yo nunca he socializado, hasta ahora.

—Mucho gusto Dave, me alegra que Diana hable con alguien, es algo tímida.

—¡Mamá! —grité apenada.

—Espera Diana estoy hablando con tu amigo, oye Dave, ven a cenar esta noche a la casa.

—¿No es molestia?

—Para nada, eres el nuevo amigo de mi hija y eres bienvenido, te esperamos en una hora.

Ahora me miro en el espejo, me sonrojo como nunca y pongo mis manos sobre mi frente para asimilar que Dave Simpson, el invisible, vendrá a cenar esta noche.

Mamá fue a preparar la cena mientras yo seguía hablando con Dave.

—Tu mamá es genial Diana, gracias a ella podré cenar con la invisible del violín.

—Basta Dave, me haces sonrojar.

—Iré a ducharme, nos vemos en una hora señorita invisible.

—Bien, nos vemos.

De inmediato abrí mi clóset para elegir qué ponerme, sin embargo estaba tan nerviosa que no pude elegir nada, fui a ducharme de nuevo; al salir me puse la misma ropa que usé en la secundaria.

Ni siquiera he peinado mi cabello, de hecho rara vez lo peino y ni pensar en usar maquillaje, no es lo mío.

Solamente acomodo mi gorro de lana y la falda roja, mientras leo algunos tweets de Tyler, también suspiro al leer lo que dice en mi playera, no entiendo cómo puedo hacer tantas cosas a la vez, eso da miedo.

—¡Diana! —gritó mi madre y pude escucharla aun en mi aislada habitación.

—¡Bajo en un minuto mamá!

—¿Qué sucede?

—Necesito que me ayudes a preparar la ensalada y la salsa para la pasta.

—Bien.

Mientras ayudaba a mamá con la cena, entablamos una conversación.

—¿Cómo te fue en Darcy's? —pregunté.

—Mucho trabajo, hoy recibimos al nuevo personal ¿Cómo estuvo la secundaria?

—Bien —musité.

—No pareces muy convencida.

—Bueno, conocí a Dave, eso es bueno, pero también a un cliché y estoy dejando de ser invisible —corté una cebolla con ira, justo como lo haría Tyler.

La invisible del violínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora