Capítulo 25 | Mi invisible del violín

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Narrado por Dave

3:55 a.m.

En tan sólo cinco minutos, mi señorita invisible comenzará a tocar el violín que le regalé hace ya varios meses.

Sentado sobre la cama suelto un bostezo y observo nuestra pared que fue reconstruida pero sigue siendo como de papel.

Hablando de papel; ya espero con ansias un nuevo dibujo de margaritas sobre papel de banana. Ya perdí la cuenta de cuántos tengo aunque a decir verdad no necesito contarlos pues cada uno de esos dibujos es especial.

Tan especial como este día, dos razones de peso marcan la diferencia hoy. La primera, es mi cumpleaños número diecisiete, la segunda; Diana y yo iniciamos nuestro último año en la secundaria Owen.

—¿Estás ahí Dave? —preguntó mi pelirroja al otro lado de la pared.

—Aquí estoy mi invisible del violín.

—Feliz cumpleaños Dave, te amo.

—No diré nada hasta escuchar ese violín —reí.

—Si tú lo dices.

Son las cuatro de la mañana, la armonía se hace presente, el dulce sonido que siempre toca mi corazón y me recuerda a la chica que amo, provoca en mí las más gratas sensaciones.

Minutos después de escuchar su violín siempre le pregunto a ella si tiene listo mi dibujo.

—Las margaritas de hoy tendrán más color por ser tu cumpleaños.

—Soy un chico con suerte entonces —vacilé.

—Permíteme corregirte Dave, eres un chico invisible con mucha suerte.

—Sabes Diana, hace falta algo, escucha; soy un chico invisible de cabello largo que siempre carga su patineta aunque rara vez la utilice, y por último pero no menos importante, tengo suerte de amarte, mi invisible del violín.

—Me sonrojas, basta —pidió con voz tímida.

—Esa es la intención, que tus pecas te delaten y sean el más vívido reflejo del amor que sientes por mí.

—Amaneciste demasiado poético mi querido Dave, tus ya cumplidos diecisiete años comienzan a hacer estragos en tu cerebro.

—Vale la pena si mi cerebro se descontrola solo por ti.

—Eres único Dave —suspiró— no hay duda, te amo.

—Me parece genial señorita invisible —lo dije usando ese tono de voz que tanto le encanta a ella.

—Quisiera quedarme hablando contigo toda la mañana Dave, pero debo seguir mi rutina y arreglarme, ya tengo mi atuendo especial ¿Y tú?

—Justo lo estoy colocando sobre la cama, debo ir a ducharme, nos vemos en un rato mi invisible del violín.

—Bien —dijo.

Atuendo especial, vaya cosa tan complicada se le ocurrió a mi novia para este primer día, pero sé que su idea de que usemos atuendos distintos a los que acostumbramos sólo para mezclarnos con los demás, es por nuestro bien; todo para que una aplicación en un teléfono no nos separe como ocurrió el año pasado.

Ahora que lo pienso, no entiendo como nuestra vestimenta podría influir en un smartphone pero Diana insistió con lo de los atuendos y la verdad no quise cuestionarla, ella sabe lo que hace pues es experta en ser invisible, yo soy sólo un novato.

El agua fría de la ducha cae sobre mí, la espuma del jabón contrasta con mi piel semibronceada, también he dejado caer sobre mi cabello un poco de ese champú natural que Diana prepara y me obsequia a menudo.

La invisible del violínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora