Capítulo 26 | Fiesta invisible

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Es tan raro recibir una llamada de Dave Simpson a las tres de la mañana.

—¿Dave?

—Señorita invisible.

—Son las tres de la mañana.

—Ya lo sé.

—¿Entonces?

—Seré breve, vístete y espera.

—¿A qué te refieres?

—Te amo.

Dave terminó la llamada, dejándome con infinitas dudas.

—¿Estás ahí? —pregunté pero no recibí respuesta alguna del otro lado de la pared.

Me he quitado mi pijama y decido vestirme, no con ese vestido amarillo esa no soy yo, sino como siempre me visto. Una falda, medias hasta la rodilla, Converse, mi playera de “Totally in love with Tyler Skies” la chaqueta de cuero que Ty-Sky me regaló, y no puede faltar mi gorro de lana.

—Esta soy yo, la invisible del violín, y nunca dejaré de serlo —me dije frente al espejo.

—¿Ya estás despierta? —preguntó mamá al otro lado de la puerta.

Abrí la puerta, mamá vestía un abrigo y unos jeans.

—¿A dónde vas mamá?

—Debo llevarte en el auto.

—¿A dónde? —reiteré—. Son poco más de la tres de la mañana.

—No puedo decírtelo, ¿Estás lista?

—Em —dije— eso creo.

—Bien, te espero en el auto.

Cepillé mis dientes, luego tomé mi violín y me dirigí al auto, cientos de preguntas invadieron mi mente.

El sol ni siquiera ha salido, tampoco hay embotellamientos en el centro de la ciudad, es raro contemplar Ciudad Loto sin su agitado movimiento, es obvio, todos duermen en este momento.

Mamá ha tomado la carretera que lleva a las afueras de la ciudad.

—Por favor dime, ¿A dónde vamos?

—No puedo decírtelo, le prometí no decirte nada.

—¿A Dave? —inquirí.

—Sí —respondió en un hilo de voz.

Las preguntas no fueron necesarias cuando llegamos a Darcy's.

Mamá me pidió que bajara del auto, al mismo tiempo noté que las puertas del establecimiento estaban abiertas.

Hice una última pregunta, no pude evitarlo.

—¿Por qué me trajiste a Darcy's? Son casi las cuatro.

—Este es tu momento hija, disfrútalo; eso si, espero que tú y Dave vuelvan rápido, deben ir a la secundaria, no se tarden, hablo en serio.

—¿Tú que harás?

—Yo volveré a casa para prepararle el desayuno a Ava, y vestirme para en un rato venir a trabajar.

—Bien, nos vemos mamá.

—Nos vemos, te quiero mucho.

—Yo igual.

He entrado a Darcy's y me sorprendo al instante, las luces están apagadas pero hay velas sobre todas las mesas.

No hay absolutamente nadie, a excepción de Dave, mi chico invisible.

Él lleva puesta una playera desteñida, su chaqueta de mezclilla, esas Vans desgastadas que tanto adora, y su cabello está tan desordenado como me gusta, este chico frente a mí, es el auténtico Dave Simpson.

La invisible del violínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora