Capítulo 15 | Llama eterna

1.6K 145 61
                                    

Ha pasado una semana desde que Dave y yo nos besamos en Darcy's para cerrar con broche de oro nuestro baile.

Nuestras vidas invisibles siguen su curso; la rutina en el autobús, también continúan las miradas que intercambiamos en clase y los besos en nuestro lugar invisible.

Hablando de ese lugar, justo ahora caminamos hacia allá, las clases de hoy han terminado y queremos pasar tiempo juntos.

—No puedo esperar para besarte.

—Lo mismo digo —le sonreí.

—Oye Diana, hay alguien bajo el árbol.

—¿Qué dices?

—Sí, mira —señaló.

—Es cierto ¿Quién podrá ser?

—Vamos a descubrirlo.

Joey Newman llora de forma graciosa bajo el árbol, y en verdad su forma de llorar es graciosa. Dave y yo nos hemos ganado un pase directo al infierno por reírnos.

—¿Qué tienes Joey? —pregunté entre risas.

Él no responde nada, su llanto no cesa y la canción que suena en su celular lo empeora.

—Dinos que tienes hermano, queremos ayudarte, además no creo que escuchar Eternal Flame de The Bangles te ayude en lo absoluto.

—Tú no entiendes Dave, esa era su canción favorita.

—¿Su canción favorita? —cuestionó— ¿De quién hablas? No entiendo.

Joey tomó una bocanada de aire y nos pidió que nos sentáramos a su lado; justo en ese momento comenzó a llover.

—Lo que me faltaba —soltó el llanto de forma escandalosa al escuchar la lluvia.

Esperamos unos minutos a que su llanto de playboy cesara.

Los tres estamos empapados de pies a cabeza, yo tiemblo de frío, Dave me ha prestado su chaqueta de mezclilla.

Finalmente Joey habló.

—¿Puedo confiar en ustedes?

—Claro Joey, somos tus amigos —respondí.

—Quiero decirles algo importante.

—Espera hermano —lo interrumpió Dave— ya sé, te enamoraste de la rubia misteriosa que llegó a la fiesta de Diana ¿Es eso?

Joey bajó la mirada.

—Lo sabía.

—¡No Dave! —le gritó.

—Cálmate hermano, entonces dinos, ¿De qué se trata?

—Es que la chica misteriosa de la fiesta en realidad no es misteriosa, la conozco.

—¿Y quién es esa chica? —pregunté con curiosidad.

El playboy invisible toma una bocanada de aire, sus lágrimas no dejan de caer.

—Es que no era una chica...

—¡Qué! —gritamos al unísono

—Soy homosexual.

—¿Hablas en serio hermano?

—Joey… ¿Nos acabas de decir que eres gay y que la chica de la fiesta en realidad era un chico?

—Sí pelirroja, ¿Me odian?

—Cómo puedes decir eso, somos tus amigos, estamos para apoyarte —manifesté.

La invisible del violínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora