Prólogo.

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Nota: Una vez terminado el capítulo, espero que me dejen sus opiniones aquí mismo, realmente voy a arreglar esta historia, no solo ortográficamente para que sea mejor leída, también para que la historia tenga más sentido y concuerde todo con todo. Gracias por esperarme, realmente apreció cada una de las cosas lindas que agregan en los comentarios y a pesar que no actualice demasiado, quiero que sepan que cada vez que publico un nuevo capítulo de cualquiera de mis historias, siempre estoy esperando sus comentarios. Sin más nada que agregar, espero que les encante este capítulo.


🌑


🌒


🌓


🌔


🌕


🌖



🌗



🌘


Nunca me había percatado de que tan grande, brillante y hermosa era la luna, su luz siempre me envolvió y más aquella noche donde mi cuerpo dejó de ser mío, mis pensamientos se borraron y durante toda la luna llena me convertí en una bestia.



1 mes Antes



¿Qué significa tener 18 años? Mucha más responsabilidad, dedicación a lo que amo gracias a eso gane una beca y califique en la universidad E.G.A en Atlanta Georgia donde el mes que llevo estudiando aquí ha sido desafiante para mí y mis compañeros que también fueron aceptados al igual que yo.

El tener 18 años significaba también emprender tu propio camino, vivir lejos de casa, compartir y conocer gente nueva es una aventura nueva y se hace más fácil si tienes a tus amigos y a un compañero de habitación muy fastidioso que hace que todo sea más relajante con las cosas tontas que dice.

El día antes de que todo ocurriera, había llegado exhausto de mis clases, mis pies me estaban matando y los tenía algo hinchados, a parte mi cerebro se encontraba sobrecargado de información por tanta investigación que habían mandado.

—Aguanta un poco más, apenas estás comenzando –me recosté un momento en la cama cuando la puerta la abrieron bruscamente.

—¡Jeff! -gritaron mi nombre efusivamente –. ¿Cómo está mi compañero de dormitorio favorito? -Me levanté de la cama molesto.

—Soy tu único compañero de habitación, pendejo... –le dije molesto por su ruidosa intromisión.

—¡Ja! Que gracioso eres –comenzó a reírse como un maniático.

—¿Tienes algo que decirme? –le pregunté mientras me sentaba en el borde de la cama.

Daniel sin ningún aviso se sentó al lado mío, colocó su mano sospechosamente encima de mi pierna yo con cautela (de que fuera hacer algo sospechoso) tomé su mano y con una risita incómoda la aleje de mí pierna y me aparté un poco de él.

Mi  nueva vida como hombre lobo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora