Mi nueva vida como hombre lobo.

Capítulo 26: Una última noche.

   Las vacaciones acabaron más rápido de lo que quería, las semanas pasaron volando, el tiempo corrió sin detenerse y aquella tranquilidad que había conseguido en todo este tiempo estaba a nada de terminarse. Todo este tiempo la pase tan relajado, el ambiente en casa es muy pacífico y todo esto fue gracias a Joshua, el cual se hizo íntimo amigo de mi papá (No me gusta la idea, pero no puedo hacer nada al respecto) incluso los dos hasta salen si mí.

Recogí los platos de encima de la mesa y los llevé a la cocina para lavarlos, Joshua salió con mi papá (como de costumbre) a comprar algunas cosas que faltaban para la casa y me encontraba solo con mi madre, ya que mis hermanos se fueron con una tía. Una vez terminado de limpiar todo, me senté un rato en la sala a ver la televisión.

—Jeff ¿Me puedes venir a ayudar? —Escuché la voz de mi mamá llamándome y fui rápido a ver que necesitaba—. ¿Puedes ayudarme a mover el librero? se me cayó un libro por la parte de y no puedo sacarla— asentí rápidamente para luego retirar un poco el estante para que ella pudiera sacar el libro—perfecto, gracias amor.

—No te preocupes mamá ¿Qué libro es? —Ella me sonrió y me lo mostró con un gran entusiasmo.

Es nuestro primer álbum de foto como familia, mira—me entregó el álbum, lo abrí y sonreí algo nostálgico al ver que es la foto de mi primera presentación, en la cual estaban todos, incluso hasta mi madre biológica.

Al ver esa foto se me quitaron las ganas de seguir viendo más, así que cerré el libro y se lo entregué y me senté un momento en la cama. Desde lo que pase aquella noche, mis emociones son como una montaña rusa, sube y luego bajan a gran velocidad, es como si todo estuviera de cabeza.

Sentí una mano en mi hombro y me encontré con la mirada de mí la persona que más amo en el mundo (después de mi papá) ella me mira con su dulce mirada y eso me hizo recordar la primera vez que nos conocimos.

—¿Quieres hablar de algo?

—Creo que sí...

Ella se sentó a mi lado y tomó mis manos entre las suyas, su tacto es fino y relajante, nunca antes había sentido el cariño y el amor de alguien, como él que ella me transmite y es chistoso porque al principio pensé que lo que sentía por mí era lástima y cómo no hacerlo, soy hijo de una persona que se perdió en las adicciones, pero a lo largo del tiempo comprendí que hay personas que aman sin ningún prejuicio.

—He estado pensando en ir a visitar a mi madre. Ha pasado un tiempo desde que no la he visto y por alguna razón tengo esa necesidad—ella colocó suavemente su cabeza en mi hombro.

—Deberías ir, recuerda que ella es tú madre y sé que no han pasado las mejores cosas entre ustedes, pero ella ha mejorado, a pesar de que tiene otro hogar intenta entrar en tu vida, pero eres muy terco—en parte tenía razón, pero para mí es difícil dejar entrar a alguien cuando nunca estuvo para mí.

—Lo sé... pero todavía hay cosas que no puedo olvidar

—Cuando rebobino y me acuerdo de cómo conocí a tu padre, él ante mis ojos siempre fue un hombre muy guapo y encantador, me acuerdo que desde el primer momento comenzó a hablar de su hijo y en ese momento pensé '¿Tan joven y con un hijo?' Pero supe cómo adaptarme a la situación, aunque al principio todo era nuevo para mí. Allí entendí que ser mamá no era fácil, éramos tan jóvenes pero tu papá ya tenía una responsabilidad, no me sentía lista, pero lo amaba y ese sentimiento gano, me casé y te conocí, eras tan pequeño, tu cara era tan dulce, tus ojos eran grandes y brillantes que al verme despertaron algo en mí que no sabía que tenía, fue una sensación muy mágica—soltó mi mano y quitó la cabeza de mi hombro para colocar su mano en mi mejilla y mirarme con aquella dulzura la cual solo posee ella—. Gracias a ti, por primera vez en la vida quise ser madre, tú has sido el regalo más grande que me ha dado la vida y a pesar de que no hayas nacido de mí, tú me enseñaste el verdadero significado de amar a alguien. Así que deberías de ver a tu madre, porque ella también te extraña.