Capítulo 23: De regreso a casa.

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  Todavía no podía creer que todo había salido así de bien, me costó un mundo lograr montar este teatro para estar con él, pero ahora que lo veo dormir plácidamente en el asiento de copiloto me llena de satisfacción. Si les soy sincero, me costó bastante hacer que sus amigos me dieran su dirección, pero después de un soborno por aquí y por allá lo logre, (No fue fácil) pero lo hice y eso es lo que cuenta.

Subí el volumen de la música y comencé a tararear la pegajosa canción, faltaba poco más de una hora y algo para llegar a la ciudad natal de Jeff, la ansiedad me estaba ganando y no lo puedo evitar ya que solo pensar que estaré en la casa de Jeff me pone nervioso, 'Tienes que controlarte' pensé mientras mantenía mis ojos puestos en el camino. porque sí, se que se que venir de esta forma no es la más indicada (lo sé muy bien) pero bueno, ya estoy aquí no es que me pueda regresar a la mitad del partido 'O ¿si puedo hacerlo? No, no puedes' fue lo primero que pensé, así que me tengo que concentrar en llegar y listo.

Al ver el gran cartel que dice: "Bienvenidos a Louisville Kentucky" super que el gran momento por fin había llegado, me traslade directamente hasta la casa de Jeff (No queriendo llegar tan rápido) y estacione el auto frente de su casa, observe bien el vecindario (ya que nunca había estado en este estado) y me pareció todo muy bonito y las casas son bien grandes.

Tomé bastante aire y me repetí la palabra "¡Si puedo!" muchas veces en mi cabeza, así que procedí a retirarme el cinturón de seguridad y volteé a verlo. Sentí como mi corazón salía de mi pecho, cada vez que lo veo, cada vez que estoy cerca de él siento que me enamoró mucho más, su rostro dormido es tan malditamente adorable que me pone bastante mal. Toque su mejilla con mi dedo varias veces hasta que fue abriendo los ojos poco a poco, para luego despertar de golpe y agitado, él me observo y sus ojos por un momento pasaron de ser amarillos a de nuevo su color almendradas.

—¿¡Qué pasa!? —Me pregunto poniéndome en posición defensiva.

—Hey, respira... Acabamos de llegar—le dije con una sonrisa nerviosa—. ¿Tuviste un mal sueño? —Él tomó algo de aire y sacudió su cabeza.

—Tuve un extraño sueño, pero no importa—Al verlo parece bastante ido.

—¿Estás seguro? —Coloqué mi mano en su hombro, para que pueda calmarse.

—Si, si, si todo está bien, no te preocupes...—Me dijo, mientras se quitaba el cinturón y se bajaba del carro.

Abrí el maletero y me bajé para ayudarlo con sus maletas, su cara empezaba a agarrar color, ya que por un momento estaba tan pálido como un papel, él me siguió y le entregué su equipaje a la par que sacaba el mío. Jeff me miró con el entrecejo fruncido y claramente se porque, pero no me importa, ya estoy aquí y sé que siendo un buen chico no me hará quedarme en un hotel.

De la nada respira un olor bastante desagradable, miré a Jeff y tiene una mueca de molestia en su cara, aparte de que me percate que ese olor extraño viene de él y es extraño ya que no pensé su olor cambiaría tan fácilmente con su estado de ánimo, porque eso les sucede más a los lobos de sangre pura y no a los convertidos. Una vez sacado todo del carro, lo seguí hasta su casa cuando la puerta se abrió de repente y salió un hombre, alto, acuerpado, con una mirada imponente que provocó que no me moviera más, Jeff se detuvo y dejó caer el bolso al suelo como si fuera una película.

—¡Papá! —dijo entusiasmado, para luego salir corriendo a darle un abrazo.

Me sentí tan celosa al ver ese abrazo, como me gustaría que él me abrazara con todo ese fervor y amor que le da a su papá, pero no pierdo la esperanza de que en algún momento en la vida pasé. Con la guardia en alto, la mirada al frente y tratando de lucir lo amable, adorable, simpático y candidato a yerno (Qué espero que así sea), recogí el equipaje que él dejó caer al suelo y caminé seguro, con la mejor mirada matadora que pueda tener, hasta la puerta de la casa, ellos dos todavía seguían con su abrazo de padre e hijo, hasta que captaron que me encontraba allí haciendo un mal tercio. Se separaron después de un muy largo abrazo, el padre de Jeff de inmediato sintió mi presencia y me paré erguido, pero a pesar de eso su mirada hacia mí fue bastante suave, dulce y amigable.

Mi  nueva vida como hombre lobo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora