Suelo decir que soy valiente, que nadie es capaz de detenerme... pero, ¿qué ocurre en el momento que me veo cara a cara con uno de mis problemas?, y para agregar: estando sola con ellos.
Me hundo, me devora, me sobrelleva. Me siento tan grande, cuando soy una gigante masa de cobardía.
Creo estar en la cúspide del mundo entero, pero ni si quiera puedo afrontar decir un simple "no".
Dicen que es difícil, ¿todos sentirán esta náusea atroz que me atenaza el estómago y me deja paralizada diciendo respuestas mecanizadas?
Valentía es de lo que carezco, porquería es lo que cargo sobre los hombros.
He hecho tantas cosas que no me parecen en la vida sólo por los malditos monstruos que se hacen de mi mente.
He llorado tantas veces por cosas que estoy obligada hacer, cosas a las cuales no me puedo negar.
¿Por qué no puedo salir y hacer lo que quiera sin miedo a que me juzguen?
He hablado tantas veces del miedo, jamás he definido totalmente por lo que tengo que pasar cuando arriba:
Mi cuerpo tiembla de pies a cabeza, mi alma se retuerce como si se encontrara en fuego, mis dedos juguetean entre ellos, entierro mis uñas hasta lo más profundo de mis palmas, mi lengua se enreda en sí misma y en las excusas que pongo, mis ojos se enrojecen, sudor frío, los peores escenarios rellenan mi mente, mi mirada viaja en todo el lugar menos en lo relevante, mi corazón palpita tan fuerte que temo rompa mi suave pecho.
Me bloqueo.
Me siento atada de pies a cabeza.
Grito silenciosamente en mi desdicha.
Mis palmas sangran.
Y me maldigo por ser tan jodidamente cobarde.
Odio a quien me pone en esa encrucijada.
Odio tener que lidiar con esa cuestión
Odio el dolor físico y mental que me invade.
Pero, más que a nada, me odio a mí.
Odio mi maldita sensibilidad.
Odio mi carencia de inteligencia.
Odio las lágrimas que bajan una vez que estoy sola.
Odio que nadie logre entender el terror que no puedo superar.
Odio no poder salir de este ciclo sin fin.
Odio todo lo que respecta a mi ser.
Lo peor, es que ni siquiera puedo terminar conmigo, porque también soy demasiado cobarde para hacerlo.