XI

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Piedra, Papel o tijera.

Estuve toda la tarde dando vueltas por ahí. Compre algunas cosas para la casa y otras para papá, siempre me gusto darles regalos a todos en navidad pero prefiero comprarlo antes de que todo suba por el marketing de la fecha.

Llego con todas las bolsas a la casa, aun las luces están apagadas, veo a mi pequeño amigo que mueve su cola de un lado a otro estirándose. Enciendo la luz y cierro la puerta dirigiéndome a mi habitación para guardar los regalos; para Riley también hay.

- Incluso para ti. –Le digo mientras se sube a la cama.

Lo acaricio y me dispongo a encender mi computadora para mandarle un correo a Patrick. Sus palabras han estado todo el día en mi cabeza pero eso no es algo que me moleste, quizás si no hubiese aclarado las cosas con Tyler estaría subiéndome por las paredes en este momento, es cierto que la mente muchas veces puede llegar a ser tu peor enemigo. Miro las medicinas naturales que me recomendó Riley para los ataques de pánico y le sonrío agradeciendo que hoy por lo menos no haya sufrido de uno.

To: Patrick Johnson

Asunto: Siguiendo sus consejos.

Querido Dr. Cura sentimientos que no debería tener, alías Patrick Johnson o caza locos.

Es chiste.

Hice caso a su sugerencia así que fui a la galería pero para ser sincera me arrastraron a ella. Ni siquiera me di cuenta en el momento que llegue ahí, pero afronte a Tyler y quedamos en que no paso absolutamente nada, si no pasó nada, no tengo que sentir culpa, así que me falta la parte dos y tres del plan.

Nada de vínculos con sus familiares.

Y escribir todo en mi libreta. Aunque, no creo que sea necesario.

Gracias.

Alaska Henderson.

X.

Salgo hasta el sofá y me siento ahí a leer un poco sobre lo que hablamos está mañana con Patrick, lo de los colores. Pero no leo lo suficiente como para que me interese demasiado en el tema y no me gusta el silencio así que decido entrar a la habitación donde revelo las fotos, poner algo de música y esperar que la computadora de ahí encienda. Quizás necesite un poco de inspiración para hoy, aún es temprano, podría ir a sacar algunas fotos.

Aprecio mi mural, entre todas las fotos que están colgadas destaco la de mi hermano y yo, a veces quisiera saber de él. ¿Cómo está? ¿Qué será de su vida? ¿Se habrá casado? Antes de que creciéramos y todo se volviera una mierda, el soñaba con casarse era su meta de vida, casarse tener hijos y que mis hijos jugaran con los suyos como nosotros lo hacíamos de chiquitos, siendo una familia. Es duro cuando la realidad te golpea y te hace vivir estás cosas que la verdad no deseas vivir; una vez que crecimos todo cambio. Principalmente porque comenzó a tener en cuenta lo que el Asperger significada y para él implicaba protegerme a toda costa: a los golpes, lo expulsaron de varios colegios e institutos, hasta que papá decidió mandarlo a la academia militar y de ahí toda la atención recaía sobre mí. Quizás nunca me perdono por hacer que lo mandaran ahí, las pocas veces que nos visitaba se basaban más en maltratarme que en tener sentimientos afectivos hacía mí y por mucho tiempo también, me pregunte ¿Por qué lo hacía?

Mis pensamientos son interrumpidos por Riley que está entrando a la casa, lo sé porque Rocco corrió a la puerta a saludarla, sus pequeños ladridos hacen que yo sonría, tomo la foto y cierro la habitación cuando salgo. Riley está saludando a Rocco pero no como de costumbre, hay mucha tristeza en ella, puedo notarlo, no sé si ella nota mi presencia pero yo puedo notar lo mal que se ve.

Diez Maneras De Odiarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora