Era la mañana de Nochevieja y se estaba muy bien entre las sábanas de Chris con él al lado. Sus brazos rodeaban mi cintura y mi espalda ruzaba su musculoso pecho. No es lo que estáis pensando, yo aún era virgen y me cosataba dejar de serlo. Tenía que ser con él, ¿no?. Chris me gustaba y era mi novio. ¿No tendría que poder entregarme a él, hacer el amos, follarmelo o como quiera llamarlo?.
Mi hermana no paraba de picarme con el tema de Lucas y por su culpa no paraba de marearme la perdiz con el chico. Decía que se notaba lo que sentía por él cuando hablaba de Smith pero repasaba una y otra vez mi conversación con Tiffany y no nitaba nada raro. Hablé con ella de como era, de su pelo castaño, de sus grandes ojos verdes, de sus labi..
Me removí en los brazos de Chris apartando los pensamientos de mi cabeza, ni muerta caería yo en sus "encantos".
- Buenos días - susurró en mi oído.
- Buenos días. Perdón por haberte despertado.
- ¿Te pasa algo? - su voz era baja y preocupada.
- No.
Me di la vuelta y atrapé sus labios con los mios. El día de Nochevieja comenzaba turbio.
Llegué a casa a la una y media, mi madre no se levantaría hasta las dos. No sé si lo he comentado pero ella trabaja mucho, solo la veía en la comida y en la merienda después se marchaba a trabajar a las nueve y media (su turno comenzaba a las diez pero le gustaba llegar pronto) y hasta las nueve de la mañana no volvía. Era un horario muy malo pero a ella le gustaba trabajar de noche.
Hice la comida solo para dos ya que Kate comería con unos amigos y Tyker con Sue. Ellos ya estaban medio saliendo y la familia de Sue lo aceptaba completamente. Se habían liado y yo sospechaba que ya se habían acostado pero ellos lo desmentían.
A las dos en punto mi madre bajó por las escaleras.
- Hola - saludó sonriendo.
- Buenos días. Te he preparado algo.
Ella miró curiosa detrás de mi. La tortilla estaba encima de la mesa, era de patata. La aprendí a hacer en un viaje a España que hicimos hace tres años.
- Oh, hacía mucho que no comía una como esta - dijo mi madre relamiendose los labios.
Reí por lo bajo, esa mujer era un caso.
- Vamos a poner la mesa - dije cogiendo los platos del armario.
- Hablando de la mesa - dijo Alison dubitativa - he invitado a alguiena comer, mejor dicho, a una familia.
- ¿A quienes? ¿A los Anderson?.
- No exactamente. ¿Te acuerdas de Amanda?.
- Tu compañera de trabajo.
- Esa misma. Pues los he invitado a comer, después de todas las empanadas que nos ha hecho no podía hacer otra cosa.
- Genial - sonreí ante la noticia.
Amanda era una mujer cuarentona muy amable. Siempre sonreía y ayudaba a mi madre con cualquier cosa. Ah, y hacía una empanadas de atún para chuparse los dedos.
- Viene con sus hijos. Creo que uno es de tu edad.
- ¿Ah, sí? - pensé quien podría ser pero no se me venía nadie a la cabeza.
Terminamos de poner la mesa y preparamos más comida. Después fui a mi habitación para cambiarme, llevaba el pijama que me puse al entrar a casa. Mi madre no sabía que algunas noches dormía en casa de Chris y prefería que no se enterara.
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¿Quererlo? No lo sé.
Teen FictionZoe Scott es una chica normal, no muy fiestera y amante de los libros que se va a vivir con su madre Alison y su hermano Tyler a una conocida villa en Florida. Allí conocerá a muchas personas, vivirá conflictos y amores y aprenderá un montón de cos...