Seguía dándole vueltas a la cabeza, ¿qué hacía Chris con Isabella?. Estaba segura de que Christopher me era fiel pero mi subconsciente no paraba de ponerlo en duda. Y luego otro tema, la relación (si se puede decir que había una) entre Kate y Lucas. Su zorra interior ya se había exhibido delante de él igual que una bailarina de barra en un puticlub y este parecía encantado. Los dos eran iguales, sacaban su lado coqueto y capturaban a su querida presa en cuestión de minutos, hipnotizandola con sus halagos y encantos como con sus rasgos físicos.
Kate era muy guapa, su pelo rubio y ondulado acentuaba su cara angular y sus ojos color ambar (como los de mi padre) embelesaban a cualquier chico que los viera. Sus caderas eran perfectas al igual que su cuerpo. Sus medidas eran las idóneas, 90-60-90. ¿Envidia? Mucha, proviniendo de los mismos progenitores y mis casi inexistentes caderas dejaban mucho que desear.
Y quien puede olvidarse del señorito Smith con sus grandes ojos verdes, su nariz recta y sus casi inapreciables pecas que se extendían desde su nariz hacia sus pómulos. ¿Qué chica se podía resistirse a eso? Tenía aspecto de tipo duro aunque no vistiera las típicas cazadoras de cuero muy a menudo. Sus jerseys de cuello en "V" eran ajustados resaltando su figura y sus pantalones siempre hacían que su trasero pidiese a gritos que lo mirasen. Soy mujer y no podía evitarlo.
Serían una pareja explosiva, como cuando dos atractivos actores que todos quieren llevarselos a la cama (juntos o por separado, cada uno tiene sus gustos) anuncian su relación. Todas las personas los quieren pero ellos se lo pasan de maravilla juntos.
Quedaba poco para que me recogieran y no podía estar más incomoda. Necesitaba hablar con Chris, no podía dejarlo pasar aunque sabía perfectamente que mi cerebro solo quería jugarme una mala pasada inventándose todas esas escenas para mayores de edad entre la perra y mi novio.
Kate y yo nos preparabamos en mi habitación. Debido al frío del invierno me puse unas medias negras bastante gruesas y un abrigo largo por encima. Kate se vistió con su famoso vestido, era rosa chicle y bastante ajustado. Los tirantes eran bastante finos, el escote era bastante amplio y la forma del vestido realzaba las caderas de mi hermana, como no. Ese era su vestido de caza.
- ¿Y qué tal con Chris? - preguntó mi hermana cuando estabamos apunto de terminar de prepararnos.
- Genial, ¿y tú con Lucas? - mi pregunta no tenía mucho sentido ya que solo se conocían de hoy pero quería saber que se traían entre manos.
- Está muy bueno, parece agradable y tiene una voz muy sexy - respondió con una risita.
- Eso es porque no lo conoces. Es un idiota - argumenté mirando a mi hermana fijamente.
- Uuh, me da a mi que alguien está celosa.
Sobre todo de él, pensé irónicamente.
-No estoy celosa - argumenté.
- Hermana, eso de tener novio y querer a otro está muy mal - dijo Kate seria.
- Yo no...- no pude terminar la frase, más que nada por que no sabía como terminarla - Lo que ocurre es que es demasiado pequeño para ti.
- Lucas tiene 17 años.
Aunque Lucas tuviera un años más que yo iba a mi clase porque el muy burro repitió primero. La verdad es que no me sorprende, en aquellos tiempos su padre los había abandonado a él y a su madre sumiendolos en la miseria. Lo sé porque cuando hacíamos la maqueta me lo contó, y me contó muchas cosas más que ahora no vienen a cuento.
- Ya, ¿y? - pregunté mientras me terminaba de peinar.
- Para mi está perfecto - mi hermana sonreía de oreja a oreja.
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¿Quererlo? No lo sé.
Teen FictionZoe Scott es una chica normal, no muy fiestera y amante de los libros que se va a vivir con su madre Alison y su hermano Tyler a una conocida villa en Florida. Allí conocerá a muchas personas, vivirá conflictos y amores y aprenderá un montón de cos...