Quiero decir...

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Lucas.

Estaba sentado en el asiento del conductor con Zoe encima. Su respiración se había vuelto lenta y entedí que se había dormido. Me reí al darme cuenta de que ella era virgen, lo había notado en cuanto mi erección rozó contra su entrepierna, se había puesto nerviosa y sus movimientos eran torpes y no era por que estuviese borracha. Estuvimos en esa postura bastante tiempo, ella a horcajadas encima de mí mientras apoyaba su cabeza en mi hombro (una mala postura para dormir) y yo me dedicaba a acariciar sus muslos. Su cuerpo era reconfortante encima del mío pero no tardé en salir, con dificultad, del coche. La cogí colocando un abrazo tras sus rodillas y otro a la espalda, como si fuera una dama. Cerré el coche con la llave y la subí hasta mi cuarto, un poco incómodo ya que mis calzoncillos no es que estuviesen muy limpios.

Su rostro seguía en calma cuando la tumbé en mi cama. Sin dejar de mirarla me desvestí, cogí ropa interior limpia y me introduje en el baño. Después de asearme y colocarme la muda salí del baño, no se había movido ni un centímetro. La observé desde la lejanía, su rostro estaba relajado pero las motas de mapache alrededor de los ojos eran graciosas, sus labios entreabiertos listos para ser besados o mordidos y el vestido se arremolinaba cubriendo su bonito y dulce cuerpo.  Suspiré y pasé mi mano por la cara, esta chica me estaba volviendo loco. Lucas, tú y tu cursilería os podéis ir a paseo, me gritaba la vocecilla pero me daba igual, me encantaba sentir aquellas cosas por ella. El móvil interrumpió mi espionaje y descolgué rápidamente para no despertar a la bella durmiente.

- ¿Diga? - susurré mientras salía al pasillo.

- ¿No estarás acostándote con Mia? - dijo Bruno enfadado y algo cansado.

- No - dije confuso -, ¿por?

- Porque me ha dicho Chris que desaparecisteis juntos.

- No estoy con ella - reafirmé más serio.

Una voz se alzó tras Bruno, me imaginé que era Paula porque, claro, era el día de las parejitas.

- Dice Paula que si has visto a Zoe - preguntó Bruno un poco preocupado.

Sonreí y abrí la puerta entreabierta para encontrármela sentada en la cama y masajeándose las sienes.

- Está conmigo - mi voz era una mezcla de diversión y un poco de orgullo. Tenía que estar orgulloso, la había recuperado.

- ¿Qué? - me sorprendí al escuchar la voz de Paula.

- Que está conmigo - repetí mientras me acercaba a ella.

- ¿No estás con Mia?

- No - sus ojos ámbares me miraron y sus mejillas enrojecieron.

- Pásamela - me ordenó.

Rodé los ojos y le tendí el móvil a Zoe. Ella me miró confusa y yo le di una sonrisa tranquilizadora. Poco después cogió el móvil.

- ¿Sí?...- su voz era tímida - Estoy con él...- me reí al verla como un tomate ganándome una mirada no muy buena - No, no me ha hecho nada malo... Estoy bien...Que sí... No hace falta que lo castres.... Que te lo pases bien... Mañana hablamos.... Adiós.

Me dio el teléfono y lo coloqué en mi oreja.

- Volviendo al tema principal - suspiró Bruno - han aceptado el acuerdo, pelearás contra él.

- ¿Cuándo? - dije entusiasmado.

- Aún no hemos fijado fecha. Te dejo que disfrutes de vuestra noche - sonreí ampliamente y la miré, ella también me miraba -, adiós.

Colgué sin apartar la vista de ella.

- ¿Qué tal estás? - dije sentándome a su lado.

- Bien, ¿tú? - dijo en voz baja.

¿Quererlo? No lo sé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora