Tenía que admitirlo, tener a alguien que te quieres y tu a él es algo maravilloso. Chris y yo ya llevábamos una semana y cuatro días juntos, todo en lo que podía pensar era en él y en los estudios, cosa que mi madre no paraba de repetirme desde que se lo dije. Alison no se entusiasmó demasiado cuando le conté que estaba saliendo con Chris, simplemente me dio una sonrisa irónica y asintió con la cabeza. El tema con mi hermano seguía sin enfrarse. Mi madre no quería hablar con él ni de él, ni siquiera conmigo. Era algo indignante.
- ¿Pusiste la mesa? - preguntó mi madre.
- Ya está todo puesto - contesté sonriendole.
Estabamos en la zona de la cocina preparando la cena de Navidad. Una cena de Navidad un poco solitaria. Solo íbamos a cenar mi madre y yo aunque a lo mejor mi hermano se pasaría un rato. A mi madre no le agradó mucho cuando le dije que había invitado a Tyler a cenar con nosotras, me parecía tan infantil. No podía olvidar la traición de su hijo, lo trataba con desprecio y eso a mi me dañaba. No podía simplemente taparse los ojos y ayudar a su hijo a pasar esa etapa difícil de su vida. Había ido con Tyler a esas reuniones para reformar a drogadictos y os aseguro que no es un paseo de flores.
- Cuando llegue Tyler abriremos los regalos - dije sonriendo.
Intentaba que mi madre se sintiera feliz y cómoda con Tyler e intentaba meterlo en cada conversación para darle a entender a mi madre que podíamos ser felices en estas fiestas y superar lo de mi hermano.
- Sí, yo a lo mejor me ausento - susurró haciendo una mueca de incomodidad.
- ¿Cómo? - pregunté confundida.
- Tengo trabajo que hacer.
- Ya, claro.
- ¿Qué insinuas jovencita? - la voz autoritaria de mi madre había vuelto.
- Me voy a cambiar - anuncié en voz alta.
Alison se volvió y siguió cocinando el pavo. ¿Se podía ser más irritante?
Caminé hacia mi cuarto pero me detuve en la puerta de la cocina.
- ¿Te vas a comportar así durante toda la cena? - susurré con voz firme. Me di la vuelta para ver a mi madre.
- ¿Así como, Zoe? - se hacía la inocente colocando una sonrisa hipócrita en su cara.
- ¡Cómo una niña de tres años a la que le han quitado su juguete! - grité sin poder evitarlo.
Mi madre me dio una mirada enfadada, casi odiosa.
- ¿Por qué dices eso?
- Estás enfadada con él y eso no ayuda ¿sabes? - mi enfado iba en aumento.
- Nos mintió y encima puso tu vida en peligro solo por conseguir un poco de su mierda - ella hablaba con calma pero era amenazadora.
- Hubiera ido igualmente - escupí cruzando mis brazos en el pecho.
- Me da igual, espero que le vaya bien.
- Vaya mierda de madre - las palabras fluían de mi boca sin poder controlarlas - pasa de su hijo justo en el momento que más la necesita. Además siempre nos dijisteis que podríamos contar con vosotros si teníamos problemas. Veo que no es el caso.
Me sentía mal por decirle eso a mi madre pero estaba demasiado enfadada para rectificar. Por el rostro de mi madre pasaron varias muecas, desde confusión hasta ira.
- A tu cuarto - me ordenó.
- Como quieras.
Subí corriendo las escaleras hasta llegar a mi cuarto. Cuando estuve encerrada en él me precipite hacia la cama donde lloré durante más de media hora.
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¿Quererlo? No lo sé.
Novela JuvenilZoe Scott es una chica normal, no muy fiestera y amante de los libros que se va a vivir con su madre Alison y su hermano Tyler a una conocida villa en Florida. Allí conocerá a muchas personas, vivirá conflictos y amores y aprenderá un montón de cos...