Otro día mas, y aqui sigo pensando en lo mal que estuve al besarme con Ryan, no puedo sacarmelo de la cabeza, y sobre Kyle hace semanas que no lo veo. No puedo lidiar con dos hombres a la vez, tengo que arreglar esto como sea, aunque me gusten ambos se que no puedo estar con el novio de Julia, ojalá todo fuera diferente.
Mientras terminaba de ducharme alguien tocó a la puerta.
-Si? -pregunté pero nadie me contestó, hasta que sentí que la perilla se giraba lentamente, me alarmé y corrí en busca de mi bata de las Bratz ¿Que? Siempre fuí fan de las Bratz.
-Brooke, ¿podemos hablar? -desde la cortina no podia ver, pero su voz era tan particular, ronca y sexi que pude darme cuenta de que se trataba de Ryan.
Esperen! ¿Ryan? Demonios!
Estas en problemas, pequeña brookie.
-Que haces aqui!? Y si entra Julia!? -mi voz sonaba algo desesperada, esta bien muy desesperada.
Me asomé y ahi estaba el, con esa camisa blanca que marcaba tan bien el porte del agraciado ñiño, ¿es que acaso no se da cuenta de que podría infartar a mas de una? Maldito y desconsiderado playboy.
-Quiero verte. -la cara de cachorro mojado que puso me dió lastima, quería correr y besarlo.
-Esto.... no se puede Ryan, Julia es mi amiga. -estaba atontada por su belleza pero al mismo tiempo me sentía tan mal.
Caminó hasta mi y puso ambas manos en mi rostro, me miró tiernamente y se iba acercando mas y mas, ¿por que demonios no reaccionaba?
Los fuertes golpes en la puerta nos hicieron alejarnos rapidamente, pero me volví a acercar y tapé con unas de mis manos su hermosos labios.
-Si?
-Brooke, voy a ir por unas cosas a la tienda, ¿Vienes? -era Julia, su voz era muy dulce, comparada con la mia ¿enserio que vieron en mí?
-Ehh no, ve tu y traeme tampones. -Ryan me miraba chistoso.
-Esta bien. -se despidió y luego sentí la puerta azotarse. Suspiré aliviada.
-¿Tampones? ¿En serio? -Ryan se burlaba de mi ciclo menstrual y yo estaba tan roja como aquello que nos baja.
-Muy enserio. -me cruzé de brazos.
-Ahora vete. -lo dí vuelta como pude y lo empuje hacia la puerta.
-Tenemos que hablar. -me miró serio.
-Luego hablamos, Ryan. -y cerré la puerta tras de mi.
Por supuesto, no había nada que hablar. El estaba con Julia, mi mejor amiga aquí y yo iba a estar con Kyle. Habia esperado que este se me declarara por años, no iba a desaprovechar esta oportunidad, debía sacarme a Ryan de la cabeza como sea.
Y hablando de Kyle, debía llamarlo. Había planeado una salida fuera del campus, no quería cruzarme con Ryan, ni Julia. Eso sería un tanto incómodo, Ryan todavía tenía el golpe en la mandíbula propinado por Kyle.
Y aquí estoy, en la universidad, siendo una damicela, una damicela por el cual dos caballeros se disputan el amor de la dama.
O vamos! Ya sueno como Hamlet o Shakespeare.
Amores, volvió mi inspiración asi que volvió "Bienvenida a la fraternidad" para las que sigan aquí leyendo esta historia, las invito a que se pasen por mi nueva novela "La chica detras de las notas" y me digan que tal les parece, muchas gracias, un beso 💗💗