Lilith y Change tardaron unos minutos en recuperar el aliento. Change no era capaz de moverse. Le dolía demasiado la espalda producto de la fuerza con la que Lilith lo había arrojado. Ella fue la primera en hablar.
—¿Estas bien Change?— preguntó, mirandolo con unos ojos que revelaban que estaba seriamente preocupada por el, quizás consiente de que se había excedido con la fuerza.
—Algo así— contestó— Me duele mucho la espalda.
—Es mi culpa— dijo Lilith un poco apenada— Estaba en pánico y no supe controlar mi propia fuerza.
—No pasa nada— repuso Change— Me salvaste y te estoy muy agradecido por eso.
Lilith sonrió y se levantó, mirando para ambos lados para asegurarse de que nadie les había visto aparecer de la nada antes de centrar su vista de vuelta en Change.
—Déjame curarte— dijo— Intenta girar hacia aquí y te ayudaré a quitarte la remera.
Change obedeció sin rechistar. Cada acción que precisara de un movimiento de su columna le producía un dolor terrible. Pero aún así no se quejó ni dijo una palabra. Se giró en dirección a Lilith y levantó los brazos para que ella pudiera quitarle la remera. Terminado esto, Lilith se inclinó para observar su espalda. Se quedó unos segundos viéndola y, entonces, besó sus puños, como había hecho antes en la fábrica, solo que esta vez estos empezaron a brillar con una luz verdosa.
—Mi deseo es sanar— dijo en voz baja.
Ella tocó con sus dedos la parte superior de la espalda de Change, cerca de su cuello. Él no pudo evitar sentir un pequeño estremecimiento. A medida que Lilith bajaba lentamente sus manos por su columna vertebral, Change sentía como el dolor desaparecía por completo. Esto duró por unos minutos hasta que ella finalmente retiró sus manos.
—Terminé— anunció.
Change fue capaz de pararse. Se sentía perfectamente, como si nunca hubiese tenido la espalda rota como hace unos segundos. Lo primero que hizo fue volver a poner la remera, no era precisamente alguien que le gustaba estar con el torso al descubierto en medio de un lugar público, aunque no hubiera nadie más que ellos dos.
—¡Eres genial, Lilith!— exclamó Change— Muchas gracias de vuelta.
Para su sorpresa, Lilith se levantó y lo abrazó. Change no sabía como reaccionar a la situación pues no se esperaba esto en lo absoluto.. Se quedó congelado sin saber que hacer.
—Me alegro tanto de que estes bien— dijo Lilith mientras... ¿sollozaba?
Todo eso le estaba empezando a resultar muy extraño a Change, pues no era capaz de entender por qué Lilith reaccionó de esa forma solo porque él tenía la espalda sana otra vez.
—Ehhh... ¿Lilith?— preguntó Change con algo de nerviosismo en su voz.
—Pensé que te perdería— respondió Lilith— Han sido 18 años muy duros para mi. Fui abandonada por todos los que quería. No quiero volver a estar sola.
Change sonrío. Había tardado un poco pero ahora finalmente lo había comprendido. Los seres de los demás mundos y los humanos no eran tan distintos al fin y al cabo. Todos sufrían. Y, al parecer, los 18 años en los que él había vivido como un humano normal (tan normal como le era posible) Lilith lo había pasado bastante mal. Había perdido a quien consideraba su padre, Azazel, y a una gran amiga, Inaela. Finalmente, Change le correspondió el abrazo. Inclinó la cabeza para poder estar a su altura.
—No te preocupes Lilith— dijo Change— Ya no estarás sola nunca más. Somos un equipo ¿verdad?
Lilith asintió pero aún no decía ni una palabra. Change llevó uno de sus dedos a la cara de ella y empezó a sacarle una por una sus lágrimas.
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La Última Corona
FantasyLos ancestros fundaron doce reinos. Un rey para cada reino. Una corona para cada rey. Pero una profecía les advirtió el fin de su civilización. Buscaron una solución y la encontraron. Otra corona, la decimotercera. Una corona para sobrevivir. Una co...