Tras ir a recuperar sus cosas de la residencia abandonada, el trío se alejó a toda prisa de Turquía. Ahora mismo sobrevolaban las llanuras ucranianas con un aire helado que les golpeaba la cara. Change lideraba el vuelo, algo por delante de las otras dos.
Desde que salieron de Epheria no había dicho ni una palabra. Su error lo había afectado. Se había equivocado y lo reconocía. Aunque Krista dijera que fue a ella quien se le ocurrió ir a Estambul o que Lilith afirmara que todos tuvieron que ver en eso, en el fondo Change sabía que la decisión había sido enteramente suya. Lo único que lo distrajo de sus pensamientos fue que Igra había asomado ligeramente la cabeza para ver. Era tan pequeña que cabía sin ningún problema en la campera que Change tenía puesta en ese momento. Este le acaricia la cabeza a su mascota y la empuja con delicadeza para devolverla al interior del bolsillo.
—Change— dijo la voz de Lilith detrás de él.
—¿Si?— preguntó este.
—¿Cómo te encuentras?— preguntó a su vez Lilith con un tono que denotaba que estaba preocupada.
—Ya deberías saber la respuesta— contestó este.
—Escucha, entiendo que te sientas mal por tu supuesta equivocación— afirmó Lilith— Pero ya te lo dije y te lo repetiré, esa fue una decisión de todos. No eres perfecto y tampoco tienes que serlo. Cometes errores y eso no es malo. Con ellos aprendes y mejoras. Y estoy segura de que no será el último que cometas. Si vas a venirte abajo de esta manera cada vez que te equivoques entonces no estas listo para liderar.
—Quizás en verdad no este hecho para eso— comentó Change— Tal vez deberías buscar a otro.
—De ninguna manera— repuso tajante Lilith— Debes ser tu.
—¿Por qué?— preguntó Change.
—Porque, aunque no te des cuenta, llevas en tus venas la sangre de los dos mayores líderes que ha tenido la Creación— respondió Lilith— Tus padres son seres extraordinarios y estoy segura de que tu lo eres más. El hecho de que aún no te enteres de eso no quiere decir que no sea verdad. Yo pude verlo y Krista también. Me lo comentó antes de irnos de la residencia. Si no le hubieras hecho acordar del fuego griego seguramente esa bestia nos hubiese devorado.
—Solo hice lo que tenía que hacer— dijo Change.
—Y eso es exactamente lo que necesitamos que hagas— afirmó Lilith— Que seas tu. Solo eso. Porque solo tú, Change, tienes la capacidad de liderar a los nephalem. Cualquier otro lo haría mal.
Change no pudo evitar soltar una pequeña risa ante este comentario. Su pequeño ego le decía que Lilith tenía razón. Que solo él podía llegar a cargar con un peso tan grande. El retumbar de la voz de Krista, expulsó a Change de sus pensamientos.
—¡Moscú a la vista!— anunció ella— ¡Llegaremos allí en medio minuto!
—Excelente— dijo Change— Busquemos un lugar seguro donde descender.
Un minuto más tarde estaban saliendo desde un callejón hasta una calle abierta. Lilith inmediatamente se cubrió sus brazos con sus manos y empezó a tiritar.
—Se supone que estamos en primavera— comentó— ¿Por qué hace tanto frío aquí?
—Rusia es famosa por muchas cosas— respondió Krista— Una de ellas es su baja temperatura casi todo el año.
—Te advertí que te pusieras algo abrigado pero, como siempre, no me hiciste caso— dijo Change.
Lilith parecía lista para discutir pero entonces Change se sacó su campera y se la puso a ella.
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La Última Corona
FantasyLos ancestros fundaron doce reinos. Un rey para cada reino. Una corona para cada rey. Pero una profecía les advirtió el fin de su civilización. Buscaron una solución y la encontraron. Otra corona, la decimotercera. Una corona para sobrevivir. Una co...