Capítulo 7: "Santo secreto"

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Jerusalén, Jerusalén, Jerusalén. Su nombre significa "Ciudad de la Paz". Sin embargo, por ninguna otra ciudad en el mundo se había derramado tanta sangre. Eso era lo que le pasaba por la cabeza a Change mientras contemplaba la ciudad desde la pequeña colina donde el portal los había dejado. Change empezó a bajar a paso rápido por la cuesta mientras una aún confundida Lilith lo seguía.

—¡Espérame Change!— exclamó— ¡No corras tan rápido!

Change se detuvo y giró para ver a Lilith, quien hacía lo posible por alcanzarlo con sus cortas piernas.

—Perdón— se disculpó Change— Es que estoy un poco emocionado.

—Más que un poco diría yo— Añadió Lilith— ¿Qué es exactamente lo que estamos buscando?

—Algo que la humanidad lleva buscando desde hace más de mil años— contestó Change— Un objeto que hasta yo creía que era un mito hasta hoy.

—Déjate de acertijos y dímelo directamente— insistió Lilith un poco molesta.

—Lo que buscamos es la copa que contiene la sangre de Dios— anunció Change— El Santo Grial. O, al menos, algo que se le parezca.

—¿El Santo Grial? ¿El cáliz que contiene la sangre del Creador?— preguntó Lilith— ¿Seguro que esta en Jerusalén?

—No esta en Jerusalén— respondió Change.

—Entonces, ¿qué demonios estamos haciendo aquí?— preguntó Lilith algo molesta.

—¿Me dejas terminar?— preguntó Change a su vez y Lilith le respondió solo asintiendo con la cabeza— El Santo Grial no se encuentra en Jerusalén sino en la ciudad nephalem debajo de ella.

—¡Claro!— exclamó Lilith— ¿Cómo no se me ocurrió antes? No me sorprende que este en Renterión.

—¿Renterión?— preguntó Change.

—Es el nombre de la ciudad nephalem oculta bajo Jerusalén— explicó Lilith— La visité varias veces. Es una ciudad magnifica. En el antiguo idioma nephalem su nombre significa "Santuario de la Fe".

—¿Soy yo o las ciudades humanas tienen un rol muy similar a las nephalem?— preguntó Change.

—No es sorprendente si lo piensas por un momento— respondió Lilith— Al fin y al cabo los nephalem se convirtieron en humanos.

—Bueno, eso es cierto— admitió Change— Lo que no se todavía es como vamos a acceder.

—Alguna forma habrá, supongo— dijo Lilith.

—Ya pensaremos en eso después— comentó Change— De momento creo que nos vendría bien un pequeño descanso después de lo ocurrido en la biblioteca.

—Estoy de acuerdo— coincidió Lilith.

Los dos tomaron el camino que llevaba a la ciudad y rápidamente se mezclaron con la gente. Recorrieron las calles de la Ciudad Nueva de Jerusalén intentando evitar separarse demasiado, puesto que entre toda la gente que iba y venía perderse sería muy fácil. En un momento, Lilith cayó al suelo y se notaba a simple vista que le estaba costando respirar. Change se acercó para ayudarla en lo que pudiera.

—¿Estas bien, Lilith? ¿Qué ocurre?— preguntó Change.

—Amor esta molestando— respondió ella— De vez en cuando lo hace. Aunque últimamente se esta haciendo muy fuerte.

—¿Amor?— preguntó Change antes de recordar de que estaba hablando— Ah, claro. Tu personalidad contraria.

—Si— confirmó Lilith— Estoy algo débil ahora. No puedo caminar.

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