He descubierto como el paso del tiempo puede llegar a ser tanto hermoso como despiadado. La vida tiene dos caras como una moneda tirada al viento. De su caída depende el lado que toca vivir.
Sus ojos verdes me enseñaron la crudeza de este mundo. Mi...
It's amazing With the blink of an eye, you finally see the light Oh, it's amazing When the moment arrives that you know you'll be alright Oh, it's amazing And I'm sayin' a prayer for the desperate hearts tonight Aerosmith
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estaba absorta terminando mi hermosa lista de regalos, entre los que pedí estaban dos libros sorpresa, un iPod y un radio portátil. También pedí una bici por eso de intentar conocer los alrededores de mi nuevo hogar, en Nueva York vivía en unos apartamentos, así que no había mucho tiempo de correr en bici y la mía terminó con las gomas desinfladas.
Me encontraba con tití en el hospital, la habitación de Íker se había convertido en mi pasatiempo favorito, faltaban solo cuatro días para Navidad. Mi amigo andaba sumergido en el bosque encantado del castillo de Howart.
Íker había mejorado bastante, los doctores se maravillaban cada vez que lo veían, le decían que era "un milagro andante". Ya por fin no tenía la cánula de oxígeno, Tío Enrique era el hombre más dulce y paciente del planeta pero era muy estricto en cuanto a la rutina de Íker, a lo que comía y bebía, asistía fiel a cada terapia y era tan fastidioso que las terapistas le huían como el diablo a la cruz, también noté que era muy celoso con todo el que entraba y salía de su habitación. Tenía estricta vigilancia en su puerta (no se que contactos tendrá el abuelo porque él no creo que tenga muchos) y sobre todo cada policía que entraba a hablar con él tenía que pasar primero por el escáner de carne y huesos de mi tío.
Mi amigo al menos ya podía dar pasos con la ayuda de su terapeuta, sus manos tenían mejor agarre y fuerza, pero todavía no podían aguantar su cuerpo para poder sujetarse de algo y pararse; así que lo ayudábamos a hacerlo y al menos podía seguir solo cada día más tiempo. Sus heridas ya no le dolían tanto según él. Pero a veces creo que lo dice para no preocuparme porque todavía le resultaba difícil, por ejemplo sus manos aún tienen dificultad para poder cerrarlas en un puño o agarrar objetos, en cuanto al resto de heridas cada vez que lo curaban veía como trataba de disimular el dolor.
Notaba que cuando estaba solo o en los momentos en que estábamos escuchando música, en general alguna melodía con piano, Íker movía sus dedos al compás de cada nota. Un día le pregunté que hacía y me contestó que estaba ejercitando sus dedos para que volvieran a moverse sin dolor, sabía de sobra que la música ayudaba a distraerlo de todo ese caos.
Su mano izquierda tenía más movilidad y el tío le quitaba las vendas durante el día para que fueran curando sus heridas. Disimulada las miraba con curiosidad, Íker las tapaba cada vez que se daba cuenta. Lo más que me aliviaba era ver que podía ser capaz de tragar mejor y comer alimentos más sólidos. Íker es el chico más fuerte y valiente que he conocido en mi vida, bueno, no es que he conocido tantos pero de todos él se ganó el Oscar.
También comenzó a dialogar más y a crear conversaciones según pasaban los días, estaba más animado y cada vez se notaba de menos mal humor. Sus cambios de temperamento también fueron disminuyendo. Todo fue gracias a Patricia, sí, la loca Patricia.