He descubierto como el paso del tiempo puede llegar a ser tanto hermoso como despiadado. La vida tiene dos caras como una moneda tirada al viento. De su caída depende el lado que toca vivir.
Sus ojos verdes me enseñaron la crudeza de este mundo. Mi...
Here's to the ones that we got Cheers to the wish you were here, but you're not 'Cause the drinks bring back all the memories Of everything we've been through Toast to the ones here today Toast to the ones that we lost on the way 'Cause the drinks bring back all the memories And the memories bring back, memories bring back you Maroon 5
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El aeropuerto de Boston estaba a reventar, hice bien en ponerme mahones, sandalias y una camisa fresca. Empujaba mi equipaje con bastante dificultad, de verdad no entiendo cómo es que tenemos tanta cosa en la vida, la mitad no la necesitamos, debería comenzar un viaje hacia el minimalismo de ahora en adelante. Bueno, lo primero es conseguir cuanto antes un apartamento al menos, trabajo y ganas de vivir. No pensaba quedarme en la casa de mi madre por más de un mes, al menos de eso estoy segura.
A lo lejos diviso la maraña de pelo castaño de mi tío con un letrero en sus manos, a mis doce hubiera corrido como loca a abrazarlo, a mis dieciséis me hubiera escondido detrás del pelo de la vergüenza. En estos momentos lo único que me llega al sistema es una alegría inmensa por verle la cara; a él y a mi madre que está justo al lado de mi tía, los tres como siempre están discutiendo, lo noto por sus caras. Sonrío y siento como la carga que llevo comienza a percibirse menos pesada.
Espero haber sacado la genética de los hermanos Matías porque a pesar de que ya le dieron la entrada a los cincuenta se conservan como de cuarenta, en especial el tío que no se como se conserva tan bien, tiene unos aires de Jorge Clooney que ni él se la cree. Su genética también es bastante buena. Me fijé en el letrero y tuve que proporcionar una carcajada, tenía flores hermosas y mándalas, obra de la tía de seguro. En el medio decía mi nombre y bien pequeño mis tres apodos Taly, Nana y Lola. Debajo decía Bienvenida a casa; de pronto se mi hizo un hueco en el centro del pecho que me hizo pensar que quizá la cosa no fuera tan mala.
Llego hasta ellos y entre los abrazos, los besos y los tres preguntando a la vez olvido hasta mi nombre. Mi madre le da un manotazo a mi tío y me acoge en sus brazos, hasta ese momento no me había dado cuenta cuánto necesitaba de su presencia.
