Poisonous Ink

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~No soy lo que escribo, soy lo que sientes al leerme~

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~No soy lo que escribo, soy lo que sientes al leerme~

Tinta Venenosa:

Hace mucho que hago esto...

Escribo para liberar mi mente. Mis sentimientos.

La tinta cura, pero también destruye.

Da vida y la quita en un instante.

Te hace nacer y morir. Con palabras. Te hace sentir cosas inexplicables.

Te da alegría y te hace sentir bien...

Te da tristeza y clava el puñal más profundo, torturándote.

Alivia, calma.

Despierta, atormenta.

Tinta.

Infinita.

Inabarcable.

Como las ideas del que la usa para expresarse.

Puedes transmitir lo que quieras, porque jamás te juzgará.

Es parte de la vida de cada escritor y ahogamos las páginas con ella.

Haciendo más liviana nuestra alma.

Despidiéndonos de una parte de nosotros mismos en cada escrito.

Retazos de alma.

Grabados con la tinta de nuestros sentimientos.

Envenenamos las páginas y luego las curamos.

Y así sucesivamente.

La tinta está hecha de nosotros. Las hojas impregnadas de nuestra esencia.

Y para cada lector será diferente, aunque dejemos una parte de nosotros, en ellos. Sentirán cosas distintas y la tinta les dejará el recuerdo de lo que sintió el escritor al escribirlo.

Las hojas se marchitarán, tal vez envenenadas, tal vez livianas. Pero el dueño de lo escrito ahí, recordará por siempre la tinta que lo ayudó a desahogarse.

No es simple imaginación lo que tenemos los escritores, es un talento más profundo, que pocos entienden. Es el poder de transformar, de crear, de retratar la vida en palabras y, la tinta, la mayor y más confiable ayudante, nuestra cómplice, nos ayuda a lograrlo.

Volcando la vida.

Dejando una parte de nuestro ser.

Transmitir con sentimiento, nuestra existencia.

Una forma de liberarnos, dejando partes de nosotros por el mundo. Contando, aunque solo sea a las páginas, lo que nos pasa.

Nuestras fieles oyentes, nuestras confesoras, y el corazón deja de estar tan pesado, y la carga se vuelve inexistente.

Tinta inocente.

Tinta destructiva.

Tinta pura.

Tinta oscura.

Tinta calma.

Tinta amarga.

Tinta esperanzada.

Tinta venenosa.

Porque nos envenena, nos enferma.

Tal vez de felicidad, tal vez de angustia. Pero invade nuestro sistema, hasta llenar cada rincón de nuestro ser. Nos deja vulnerables, expuestos.

Porque el escritor escribió con el corazón en el puño. Apretándolo, mientras la sangre se escurría y mezclaba con la tinta.

Las letras, las palabras, cuando las escribe alguien que siente, lo transmiten todo.

Tinta que envenenando, cura.

Tinta que envenenando, cura

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Vidas De TintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora