-A mi madre se le ocurrió cambiarnos de casa y también cambiarme de colegio. El día que nos íbamos se encontró con tu madre y se hicieron buenas amigas, desde entonces supe que era mi oportunidad, comencé a rebajar mis kilos demás y luego me presenté a tu casa –alzó su mirada topándose con mis ojos- Estabas prácticamente en pijama y me recordaste a la niña que me rechazaba, te odié.
ESTÁS LEYENDO
¿Tenías que ser Tú?
Short StoryPara un hombre, obtener él rechazo de una mujer puede ser un tiro al blanco en su ego. La venda impuesta por la irrealidad en nuestros ojos puede jugarnos a favor o en contra, la aprovechamos y nos permitimos vivir conforme a lo que soñamos, o atent...